_
_
_
_
_
Reportaje:NBA | BALONCESTO

Mil millones por no engordar

Tim Hardaway, el base del Miami Heat, tiene un incentivo de 44 millones semanales por no rebasar los 88,5 kilos de peso

Tim Hardaway, base del Miami Heat, ganará más de mil millones de pesetas si no supera los 88,5 kilos de peso. Todas las semanas puede aumentar su salario en 250.000 dólares (unos 44 millones de pesetas). La condición para engordar su cuenta bancaria es no engordar la física. A sus 34 años, en septiembre, firmó un contrato por una campaña con el equipo de Florida después de que en junio se convirtiera en agente libre y se especulara con su marcha al Indiana Pacers. Pero decidió continuar en Miami con un salario de ocho millones de dólares (unos 1.400 millones de pesetas).

Pero eso no era todo. El contrato tenía letra pequeña, una cláusula de peso. Hardaway obtendría seis millones de dólares (1.050 millones de pesetas) si no superaba las 195 libras, unos 88,5 kilos. Así, está obligado a pasar cada siete días por la báscula. Sus citas comenzaron en noviembre y finalizarán en abril. 'Es el único modo de conseguir más dinero. Tengo que sacrificarme y dejar de comer alguna que otra cosa', comenta.

Nada más firmar, Hardaway, de 1,83 metros de estatura, comenzó a adelgazar. Si a finales de septiembre estaba en casi 92 kilos, dos meses después, justo antes del comienzo de la Liga, ya marcaba los 88,5 estipulados. Hasta el momento todos los pesajes le han sido productivos.

La idea de incluir este incentivo partió del técnico del Heat, Pat Riley, convencido de que el rendimiento de su director de juego mejoraría. Ateniéndose a los números, tiene razón a medias: Hardaway lleva mejores promedios en puntos (de 13,4 en la campaña precedente a 15,2), pero peores asistencias (de 7,4 a 6). Sin embargo, sus sensaciones parecen que dan credibilidad a Riley: 'Me siento como si tuviera 28 o 29 años; más fresco, más ligero y más rápido'.

Riley sonríe cuando comenta el peso y el porcentaje de grasa en el cuerpo, un 7,5%, de su jugador. Y es que la batalla entre ambos por el peso viene de lejos. Hace dos temporadas, Hardaway, con 95 kilos, tuvo que acudir a la Asociación de Jugadores para evitar que el entrenador le multase debido al poco cuidado que hacía de su forma física.

Con todo, y a pesar de sus temores iniciales, parece que Hardaway no ha modificado de forma drástica sus hábitos alimenticios. Se ha convencido de que no hace falta llevar un régimen estricto. El rigor de la NBA y los duros entrenamientos de Riley son casi suficientes para mantener la línea. Eso sí, los días de partido, ha cambiado sus suculentos menús por una austera ensalada César. Un pequeño sacrificio bien vale más de mil millones. 'Sería estúpido que no luchara por conseguir ese dinero, pero no es algo que me obsesione. Si lo consigo, bien. Y si no, también', reconoce.

Cuando el Heat no tiene encuentro la cosa cambia. Hardaway se ha jactado en varias ocasiones de su menú en días como el de Acción de Gracias o el de Navidad. Nada de ensaladas y caldos; pavo y su correspondiente relleno. 'Que nadie piense que voy a dejar de comer hamburguesas. Me mantienen fuerte. No voy a cambiar mis costumbres. Seguiré comiéndolas', dijo hace unas semanas. El punto y final de su batalla contra los kilos ha sido la adquisición de un restaurante que ahora lleva su nombre y al que, por supuesto, acude asiduamente.

En su anterior contrato, Hardaway también tenía una cláusula con un incentivo económico, pero en aquella ocasión se refería a su rendimiento. La condición para lograr la prima era la de tener un promedio de una perdida de balón por cada tres asistencias.

Pero el suyo no es un caso único. Los meses de negociación para solucionar el cierre patronal de la temporada 1998-1999 supusieron para Vin Baker, ala-pívot del Seat-tle Supersonics, además de ocho semanas sin partidos, engordar de 118 a 131 kilos. Al verano siguiente firmó un nuevo contrato: 87 millones de dólares (más de 15.000 millones de pesetas) por siete años.

Sus problemas de peso no pasaron inadvertidos para los directivos del Seattle que incluyeron en su contrato una cláusula relativa a su tendencia a engordar. De este modo, Baker podrá ganar esta temporada 810.000 dólares más (unos 140 millones de pesetas), ampliables en 90.000 más cada año, si es capaz de cumplir los requisitos exigidos por los Sonics: su límite son los 116 kilos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_