Rifas ilegales
Estamos asistiendo en los últimos días a un escándalo sin precedentes. Me refiero a la famosa rifa de San Antón, que hemos tenido ocasión de contemplar, a pesar de estar prohibida por la Ley 6/1993 de 29 de octubre de Protección de los Animales. En su artículo 5, apartado D, dice que queda prohibido 'hacer donación como reclamo publicitario, premio o recompensa a excepción de negocios jurídicos derivados de la transacción onerosa de animales', lo que deja a las claras la prohibición de rifar un cerdo. Los ayuntamientos de las capitales vascas son informados por el Gobierno vasco de tal prohibición pero hacen caso omiso y la rifa tiene lugar. ¿Para qué tenemos entonces una ley de protección de los animales, porque nos hace más civilizados o porque hay que tenerla? Y, lo que me parece aún más grave: ¿qué ejemplo dan las instituciones si vulneran constantemente las leyes y somos los ciudadanos los que tenemos que recordar su correcto funcionamiento?
Defender esta rifa porque es tradicional, como argumentan los ayuntamientos y muchos ciudadanos, resulta contradictorio. Las tradiciones no tienen porqué ser positivas. Y si pretendemos continuar con nuestras diversiones implicando a muchos animales y con el beneplácito de las instituciones quizá es que algo básico falla en nuestra sociedad. Me gustaría creer que quienes infringen las leyes serán sancionados por ello.-
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