Clinton cierra el 'caso Lewinsky' con el reconocimiento de que mintió bajo juramento
La presidencia de Bill Clinton tuvo anoche un final espectacular. En sus últimas horas en la Casa Blanca, Clinton admitió que mintió bajo juramento cuando, en el marco del caso Paula Jones, negó haber sostenido relaciones sexuales con Monica Lewinsky. Este mea culpa fue el precio pagado para que el fiscal independiente Robert Ray, sucesor de Kenneth Starr, cerrara el caso Lewinsky y renunciara a procesarle tras su regreso, hoy, a la condición de ciudadano corriente. Clinton también aceptó el pago de una multa de 25.000 dólares y la suspensión de su licencia de abogado durante cinco años.
'El caso Lewinsky está cerrado', proclamó el fiscal Ray, instantes después de que Jake Siewert, el último portavoz de Clinton, leyera una declaración del todavía presidente. En esa declaración, Clinton aceptó que, preguntado bajo juramento sobre Lewinsky, violó 'de modo consciente' las instrucciones de la juez Susan Webber Wright y, en enero de 1998, dio 'respuestas evasivas y engañosas que impidieron la correcta administración de la justicia'. 'Algunas de mis respuestas a las preguntas sobre Lewinsky fueron falsas', añadió.
En la declaración, el hasta hoy presidente afirmó: 'He pedido perdón por mi conducta y he hecho lo que he podido por expiar mi culpa con mi familia, mi Administración y el pueblo americano. He pagado un alto precio por ello, que acepto por haber causado tanto dolor a tanta gente. Espero que mi acción de hoy ayude a a poner fin al asunto'.
Clinton no será, pues, procesado por los tribunales ordinarios por el delito que provocó su juicio y absolución en el Senado de EE UU. También escapa así al posible bochorno de tener que ser perdonado por el republicano George Bush, que hoy tomará posesión como 43 presidente del país. La declaración pública más los castigos de la multa y la imposibilidad de ejercer como abogado durante un lustro fueron su aportación al acuerdo que alcanzó in extremis con el fiscal Ray y el Colegio de Abogados de Arkansas. 'El presidente Clinton ha reconocido su responsabilidad y yo he renunciado a procesarle; que la historia sea el juez definitivo de este caso', declaró Ray.
En una última venganza, el Gobierno de Clinton despidió ayer del Pentágono a Linda Tripp, quien grabó subrepticiamente a Lewinsky y difundió el escándalo.
Tres consejos
En la madrugada de ayer, arrebatándole hasta el último minuto el protagonismo a su sucesor, Clinton le había dado a Bush tres consejos que fueron otros tantos puyazos. El político de Arkansas exhortó al de Tejas a mantener el equilibrio presupuestario, el activismo de EE UU en política internacional y la lucha por la igualdad racial.
Siete minutos duró el último mensaje presidencial televisado de Clinton, tiempo suficiente para que se colocara medallas por el éxito económico de su presidencia y disparara con artillería pesada contra su sucesor. En el momento en que se jubila políticamente a los 54 años nadie le discute a Clinton ese historial. El político de Arkansas deja la Casa Blanca con el 65% de los norteamericanos aplaudiendo su gestión política, un porcentaje más alto que el de Ronald Reagan y el primer Bush. Pero su paso por la Casa Blanca deja un sabor agridulce a sus compatriotas, y porcentajes similares expresan su desaprobación de la persona de Clinton y el alivio por su salida de la escena.
Clinton, que hoy abandonará Washington en dirección a Nueva York, hizo tres recomendaciones a Bush. La primera, que mantenga la política de 'responsabilidad fiscal' que ha permitido a EE UU pasar de una situación de déficit presupuestario a otra de superávit. La condena del recorte de impuestos que pretende Bush no pudo ser más clara.
El segundo consejo fue de política internacional. 'América', dijo el presidente saliente, 'no puede ni debe desentenderse del mundo'. Clinton aludió explícitamente a Bosnia y Kosovo, oponiéndose al deseo de Bush de pactar con los europeos la retirada de las tropas norteamericanas en los Balcanes. El tercero fue un llamamiento a 'construir con muchos colores una sola América'.
Toma de posesión bajo la lluvia
En una jornada gélida y lluviosa, lo que puede anular la mayoría de actos callejeros de celebración y protesta, el tejano Georges W. Bush jurará hoy en Washington como 43 presidente de EE UU y el segundo cuyo padre ocupó previamente el cargo. Acto seguido, Bush tomará posesión de la Casa Blanca, mientras Bill Clinton emprende viaje a Nueva York, donde instalará provisionalmente su residencia. En la noche del jueves, el nuevo presidente arrancó las fiestas marcándose unos pasos de baile junto a Ricky Martin, a la sombra de la estatua de Abraham Lincoln. El protagonismo del cantante puertorriqueño y del cubano Jon Secada en ese concierto fue una nueva muestra del deseo de Bush de reconciliar a los conservadores con las minorías de EE UU. Bush se está estrellando con los negros, pero con los latinos ha hecho progresos. En las elecciones obtuvo el 35% del voto hispano, 14 puntos más que los obtenidos por Dole en 1996. Dos actos republicanos con nombre en castellano -el almuerzo Amigos de Bush y la gala Fiesta Americana- subrayaron ayer en Washington la importancia que Bush concede a los 32 millones de hispanos de EE UU. Adelantando la base del discurso que hoy pronunciará desde el Capitolio, Bush declaró: 'Quiero que todo el mundo escuche con claridad que voy a ser el presidente de todos, los que me han votado y los que no'. Y explicó así su filosofía de conservadurismo con compasión: 'Quiero que al Partido republicano se incorporen nuevos rostros y nuevas voces'.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.