El ex portavoz de Gorbachov afirma que Rusia ha perdido referentes
'En Rusia se ha convertido en un chiste tristón decir que si hay algo peor que el comunismo es lo que viene después del comunismo'. Con esta frase tan poco esperanzadora empezó Andréi Gratchev -testigo de excepción de los primeros tiempos de la transición en Rusia gracias a su puesto de portavoz del ex presidente de la Unión Soviética Mijaíl Gorbachov- la charla que inauguró, el pasado martes, un ciclo sobre la Europa del Este que se celebra en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona hasta el 3 de abril.
Gratchev y el alemán Gerhard Simon, catedrático de la Universidad de Colonia y especialista en los países del este de Europa, coincidieron en que 10 años después del derrumbamiento del bloque comunista, el futuro de Rusia, más que el de ningún otro país del Este, sigue siendo una incógnita.
Al parecer de Gratchev, 'la experiencia comunista dejó tras de sí un vacío político y espiritual agravado por la desilusión acerca de las bondades del liberalismo económico'.
Gratchev afirmó: 'Los rusos han perdido los referentes, un nivel razonable de seguridad social, de seguridad ciudadana, y la dignidad que les daba la sensación de pertenecer a un gran país'. Crítico a la vez que comprensivo con sus compatriotas, vino a decir que Rusia se está enfrentanto a la dificultad de 'asumir la libertad'. A su juicio, 'el descubrimiento de la democracia política y de la autonomía del individuo respecto del Estado supuso entrar en un mundo desconocido'. Tanto Gratchev como Simon subrayaron la ausencia de una sustitución de las élites políticas del viejo aparato comunista, una lacra ejemplificada en el propio presidente Vladímir Putin, ex miembro de la policía política soviética, el KGB.
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