Estado de emergencia en California por el colapso del suministro eléctrico
El gobernador de California, Gray Davis, decretó ayer el estado de emergencia en todo el Estado para tratar de evitar un apagón generalizado en la región. La sexta potencia económica del mundo, si se considera de forma independiente de EE UU, se enfrenta al caos provocado por una desregulación del sector eléctrico que ha llevado a las empresas distribuidoras de electricidad al borde de la quiebra. La medida, sin embargo, no evitó que ayer, por segundo día consecutivo, un millón de clientes sufriese cortes del suministro eléctrico.
De forma ordenada y rotativa, semáforos, cajeros automáticos, ascensores y sistemas de calefacción dejaron de funcionar. Cientos de empresas en Silicon Valley, una de las zonas más avanzadas del mundo, preparaban ayer sus equipos de emergencia para no interrumpir la producción. California no sufría cortes de luz desde la II Guerra Mundial.
El estado de emergencia permitirá a las autoridades disponer de fondos para comprar energía a las empresas generadoras, que se niegan a suministrar electricidad a las distribuidoras por temor a no poder cobrar. Southern California Edison, uno de los dos gigantes de la distribución eléctrica, anunció el martes que no podía hacer frente a parte de su deuda, lo que desató la crisis.
La polémica ley que ha llevado a California al desastre liberalizó hace cinco años el mercado al por mayor de la electricidad, pero fijó tarifas máximas para el consumidor. El aumento de la demanda, los altos precios del gas y del petróleo y un año muy seco han disparado los precios de la luz, llevando a la ruina a las empresas distribuidoras. Además, una legislación restrictiva ha desincentivado la construcción de centrales, a pesar del aumento de la demanda.
