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Un arresto anunciado y en la sede de la revista

La detención del director de la revista Ardi Beltza y ex jefe de investigación del diario Egin, Pepe Rei, se produjo poco después de las cuatro y media de la tarde en la sede que esta publicación tiene en la calle de Olibet de Rentería (Guipúzcoa) y en medio de una expectación poco apropiada para la actuación policial como fue la concentración improvisada en la calle, a pie de redacción, de más de una veintena de manifestantes radicales agrupados tras una pancarta con el lema: Adierazpen Askatasuna. Utzi pakean Euskal Herria (Libertad de expresión. Dejad en paz a Euskal Herria). Todas las emisoras de radio y televisión habían dado ya -incluso horas antes- la noticia de que el juez Baltasar Garzón había ordenado el arresto.

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Pepe Rei, detenido por orden de Garzón al considerar que sigue marcando objetivos a ETA

Cuatro policías de paisano y otros cuatro uniformados ejecutaron la orden judicial de Garzón. Entre el griterío de los concentrados que no paraban de vocear Denok gara Pepe Rei (Todos somos Pepe Rei), Utzi Pakean (Dejadnos en paz) y Alde hemendik (Fuera de aquí), los policías condujeron a Pepe Rei a una furgoneta y en ella fue trasladado directamente a Madrid para ser puesto a disposición de la Audiencia Nacional.

En la redacción de Ardi Beltza, el director y los periodistas ya esperaban la llegada policial al haber tenido conocimiento, a través de emisoras de radio, de que existía la orden de detención. Incluso Pepe Rei, en declaraciones que realizó a Efe una hora antes de ser detenido, expresó su sorpresa por este procedimiento puesto que, desde que había sido decretada su libertad bajo fianza de dos millones de pesetas el 30 de marzo de 1999, se había presentado mensualmente en el juzgado, la última vez el 30 de diciembre pasado. Y añadió también que jamás había eludido los requerimientos de la Justicia.

Caza de brujas

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El periodista detenido se declaró 'absolutamente inocente de cualquier tipo de colaboración con ETA' y añadió que, a partir de ahora, se iba a convertir en 'rehén de Luis del Olmo, de su amigo Garzón y de la extrema derecha española'.

El director de la publicación mensual afín a la izquierda abertzale -varios ejemplares de Ardi Beltza han sido encontrados en los pisos francos utilizados por los miembros de los comandos Andalucía y Barcelona ahora detenidos- recordó que por cuarta vez iba a ser detenido y trasladado a los calabozos de la Audiencia Nacional. Y se proclamó 'la avanzadilla de una caza de brujas que se inicia contra los medios de Euskal Herria'.

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