12 pajareros del Rastro vulneran la nueva ordenanza y venden animales

Unos 12 vendedores de pájaros de los 23 que trabajan en el Rastro se declararon en rebeldía contra la nueva ordenanza reguladora del mercadillo, que entró ayer mismo en vigor y que prohíbe, entre otras cosas, la venta de animales en la calle. La Patrulla Verde de la Policía Municipal levantó varias actas contra esos vendedores por incumplimiento de la norma. Los infractores aclararon que no están en contra de la ley. Es decir, no se oponen a la prohibición, pero esperaban, dijeron, que el Ayuntamiento les hubiera dado plazo para encontrar un local adecuado donde trasladar su negocio.

El presidente de la Asociación Intercultural del Rastro (800 socios), Mario Agreda, acusó al concejal del distrito de Centro, Carlos Martínez Serrano, del PP, de aplicar la ordenanza manu militari contra los pajareros. 'No se puede aplicar la ley de esa forma en personas que tienen un derecho adquirido desde hace 40 o 50 años', manifestó. Martínez Serrano, añadió Agreda, 'tenía que haber buscado alternativas para estas personas'.

Las 'alternativas' a las que se refiere Agreda pasan, según Eladio Aguado, uno de los pajareros afectados, por que los vendedores de animales 'se conviertan en cooperativa y alquilen algún local para ejercer su actividad'. Esta posibilidad, asegura Aguado, la compartía el concejal, que se había comprometido además, según el pajarero, a ayudarles a encontrar un lugar.

'Un disparate'

El concejal de Centro, por su parte, no sólo salió al paso de las acusaciones del presidente de la Asociación Intercultural del Rastro, sino que negó tajantemente que se hubiera comprometido a buscar un local para los pajareros. 'No se les ha ofrecido ningún local municipal sencillamente porque no podemos hacerlo. La alternativa de ellos era montar la cooperativa y, por su propia cuenta, encontrar el sitio', declaró. 'Ésa es una tradición que desgraciadamente no se puede mantener en estos tiempos', agregó.

Según Eladio Aguado, la preocupación principal de los pajareros, al no encontrar un establecimiento, es que esta actividad, tradicional en el Rastro, desaparezca. 'Algunos ya están comenzando a desistir porque no pueden soportar la carga de las multas que pone el Ayuntamiento. Pero nosotros ya no somos chicos y no podemos cambiar de actividad así como así'.

El presidente de la Asociación Intercultural del Rastro indicó que su agrupación interpuso el pasado 20 de diciembre un recurso contencioso-administrativo ante el Tribunal Superior de Justicia contra la nueva Ordenanza Reguladora del Rastro, aprobada por unanimidad el 26 de octubre en el pleno municipal. Los vendedores del mercadillo piden que se impugne la ordenanza y solicitan, además, convertirse en 'bien de interés cultural' de la Comunidad. Para ello solicitan que sea el Gobierno regional quien los regule. 'Eso es un disparate', replicó el concejal Martínez Serrano.