_
_
_
_
gente | ISLA ABIERTA
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Alojados y desalojados

Un centro comercial de Sevilla puede que no sea el lugar más adecuado para encontrarse con Saramago, pero no es descartable descubrirlo allí si se trata de resolver necesidades, suyas o de otros, o de acercarse amistosamente a saludar a un amigo escritor que firma libros a escasos metros de donde se venden los espárragos o los calzoncillos. La generosidad de Saramago es tan grande como su paciencia. Lo encontré en ese denso ámbito de luces y de bullas unos años antes de que declarara que los centros comerciales son hoy la nueva caverna de Platón. Pero aunque supuse inicialmente que ya entonces le rondaba la metáfora que ha dado lugar a La caverna, su celebrada novela última, y lo imaginé allí en plan exploratorio, he sabido ahora que fue unos años después cuando alumbró la idea, con lo cual pasé a ver en el Saramago de entonces a alguien que se movía con incertidumbre por aquellas estancias. Pero también, trampas de la memoria, me equivoqué: acaba de decir él que en esos lugares uno se siente a salvo, como nuestros antepasados en las cavernas. Y es el caso de la madre de una joven amiga que cambió la seguridad, la distracción de la soledad que la iglesia le daba a mi abuela, más antigua, por la seducción del centro comercial donde transcurrían sus horas y donde murió al fin, mientras se probaba unos zapatos que el forense no podría asegurar que estuviera dispuesta a comprarse. Ni la falta de otro aire, que no sea el acondicionado, ni los efectos del neón, ni las ausencias de bancos de paseo como exigiría la nueva plaza pública, logran disuadir a los que han hecho del centro comercial su espacio de relación y de sueños. Estar dentro es para ellos librarse de la intemperie, sentirse acompañados, no excluidos. Por eso, La caverna, un antídoto contra el miedo, escoge ese escenario y a un alfarero que desalojan del lugar en el que somos alguien.

En este mundo de implacables desalojadores y resignados desalojados los individuos se dan codazos para caber donde hay que estar y echar fuera a los demás. Hace unos días, a mi lado, un hombre apocado le preguntaba con obligada corrección a un conocido arribista cómo estaba. Y éste, arrogante, contestó: 'Envejeciendo con dignidad'. No respondía así el impostor para proclamar su falsa dignidad, ni su vejez que no se reconoce en el espejo, sino para poner en cuestión la dignidad del otro y acusar su deterioro físico. Recordé a Carlos Fuentes Lemus: 'Dignidad es saber que algo peor le ha sucedido a hombres mejores que tú'. Pero no están por esas los desalojadores: no les basta con exaltarse indecorosamente para colocarse, necesitan excluir al otro para hacerse sitio.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_