Lítmanen, adiós a la figura eclipsada

Jari Lítmanen llegó al Camp Nou en agosto de 1999 con el aura de las grandes figuras del fútbol europeo y ayer franqueó la puerta de salida provocando un suspiro de alivio generalizado en el Barça, para el que se había convertido en una rémora. Su nula prestación -cuatro goles en los 32 partidos que únicamente pudo disputar con la camiseta azulgrana- se hizo si cabe más irritante para aficionados, técnicos y directivos, conocedores de la elevada ficha que percibía, más de 600 millones de pesetas anuales hasta el verano de 2002. De ahí que el Barça renunciara a los 4.000 millones de pesetas que figuraban como cláusula de rescisión en el contrato del finlandés, que el próximo mes cumplirá 30 años. El media punta que en su día causara sensación en las filas del Ajax, club con el que lo ganó todo, aprovechó la libertad de movimientos que le dio el Barça para fichar por uno de los clubes a los que siempre había admirado, el Liverpool, con el que ayer firmó hasta junio del año 2003. Aún así el Barça esperaba anoche la conformidad del representante del jugador, Heikki Marttinen, para cerrar definitivamente el traspaso.

La estancia de Lítmanen en el Barça no pudo resultar más frustrante. Su contratación fue producto de la política de Josep Lluís Núñez en sus últimos años de mandato que daba prioridad a los fichajes de jugadores que acabaran contrato. De esa manera el club se ahorraba el coste del traspaso. Pero Núñez no reparó en que esos jugadores pedían como compensación fichas anuales muy elevadas. Así sucedió en el caso de Lítmanen, cuyos emolumentos pronto se convirtieron en un agravio comparativo para varios de los mejores jugadores de la plantilla azulgrana, caso de Figo o Rivaldo. Lítmanen, que ya en 1991 había estado a prueba en el Barcelona pero al que Cruyff no quiso fichar porque entonces las plazas de extranjeros eran tres y estaban ocupadas por Stoichkov, Laudrup y Koeman, supuso un paso más en el verano de 1999 en la política de fichajes de Louis Van Gaal, empeñado en trasplantar al Camp Nou tanto el modelo como varias piezas del Ajax que conquistara la Copa de Europa de 1995. Lítmanen era el sexto jugador de aquel equipo que recalaba en el Barça. En el club de Amsterdam había ganado también cuatro Ligas, la Copa Intercontinental y una Supercopa de Europa entre otros trofeos. Poseedor de una depurada técnica, buen rematador de cabeza, corpulento (1,81 metros y 82 kilos) y conocedor del sentido táctico del juego que tan de relieve pone Van Gaal, Lítmanen, adquirido por el Ajax en 1991 por 100.000 dólares, logró hacer olvidar en Amsterdam a Dennis Bergkamp. Y también superó el récord de 23 goles con el Ajax en competiciones europeas que estaba en posesión de Cruyff.

No obstante, cuando lo contrató, el Barça ya estaba sobreaviso sobre su propensión a las lesiones. Pero aún así, nadie esperaba que no saliera de una para caer en otra. Lítmanen era más conocido en la enfermería que en el césped del Camp Nou. Llorenç Serra Ferrer no lo alineó ni un minuto en partido oficial. Su última aparición fue el 19 de mayo del año pasado contra el Celta. Desde entonces sólo disputó el partido contra la droga el pasado 29 de noviembre en el Camp Nou.

A pesar de todo, el manager del Liverpool, Gerard Houllier, se mostró ayer de lo más encantado con la contratación de Lítmanen. 'Hemos incorporado a un jugador de clase mundial con una reputación que no necesita ser probada. Es uno de los fichajes más excitantes que jamás hayamos hecho. Puede jugar en varias posiciones de ataque y nos puede permitir actuar con diferentes sistemas'.

Al no haber sido alineado por el Barça en ningún partido de competición europea, Lítmanen podrá jugar con el Liverpool en la Copa de la UEFA en la que su próximo rival, en la cuarta ronda, es el Roma. En esta competición también se encuentra el Barcelona, por lo que sería posible que el jugador finlandés se enfrentara al que fue su club hasta ayer.