Rebelión de periodistas en Praga
La revuelta de la televisión checa contra su nuevo director desata una crisis política y la movilización popular
Los telespectadores checos tienen oportunidad estos días de presenciar, por fin, el que puede ser el primer reality show de calidad en televisión. Nada menos que una huelga en directo en los mismos estudios de emisión. Desde el pasado 24 de diciembre, los periodistas de la cadena pública de la República Checa, Ceska Televize (CT), están encerrados en los estudios de informativos para protestar por el nombramiento de su nuevo director, quien, según ellos, se propone politizar sin escrúpulos la información de la cadena.
Se trata de Jiri Hodac, un periodista de radio con experiencia en la BBC, quien es definido por los que le conocen como sospechosamente cercano al conservador Partido Democrático Ciudadano (ODS) de Václav Klaus, que quiere privatizar la televisión pública, o por lo menos uno de sus dos canales. Aparte del sesgo político que se le suponía, y lejos de querer hacer amigos en su nuevo trabajo, una de las primeras medidas de Hodac al asumir el cargo fue despedir a los principales ejecutivos y a más de 30 periodistas.
Nombrar un director de una televisión pública con vistosas cicatrices políticas no es algo que extrañe a un lector europeo medianamente informado, pero en el caso de la televisión pública ha provocado ya una verdadera crisis política e institucional.
En estos 15 días de encierro, la programación ha consistido en informativos alternativos hechos artesanalmente por el equipo encerrado en los estudios. Sin embrago, el director Hodac se encarga de machacar cuando puede la emisión con programas enlatados emitidos por otro equipo de técnicos afines. El espectáculo ha encontrado una rápida respuesta del público, que ha apoyado masivamente la protesta de los huelguistas.
En una encuesta realizada la semana pasada, el 89% de los checos pedían la dimisión del nuevo director de su televisión pública. Los periodistas han recibido también el apoyo de numerosos políticos, escritores, directores de cine y personalidades públicas. Además, decenas de miles de ciudadanos (hasta 130.000 según algunas fuentes) salieron ayer tarde a la calle para sumar su voz a la de los periodistas encerrados. ¿Telespectadores indignados? Quizá algo más. Muchos han querido ver en la manifestación, que se llevó a cabo en la legendaria plaza Wenceslas de Praga, una protesta popular contra los últimos vestigios de un modo de actuar que recuerda demasiado al antiguo régimen comunista.
El mismo presidente de la república, Václav Havel, ha expresado públicamente su apoyo a los huelguistas, y ha dicho que el nombramiento de Hodac, 'aunque es acorde a la ley, va contra su espíritu, y por tanto, es muy peligroso'. Havel ha suspendido un viaje de placer previsto para hoy a las islas Canarias para poder seguir de cerca los acontecimientos. La mujer del presidente, Dagmar Veskrnova, también apoyó la causa de los rebeldes en uno de sus programas alternativos.
Los sindicatos también han expresado su solidaridad con los periodistas, y han pedido que no intervenga la policía para desalojarlos, como ha solicitado ya Hodac ante los tribunales. El escándalo ha saltado también a las manos de las instituciones europeas, que han recibido ya una petición de la Federación Internacional de Periodistas reclamando una intervención de la Comisión en el conflicto. En el documento, la FIP acusa a Hodac de 'intentar llevar a cabo una purga' en el seno del equipo de periodistas de la cadena. En tono de aviso, el portavoz de la FIP, Aidan White, dijo que 'la lucha de los periodistas checos está a punto de poner fin a la censura y la manipulación política de los medios. Tienen todo el apoyo de los periodistas de toda Europa.'
Escarmentado, el Gobierno checo se apresuró ayer a aprobar un proyecto de enmienda de la ley de la televisión pública, que cambia la forma de elección de los miembros del Consejo de la Televisión. Este órgano, el que ha nombrado a Hodac, está compuesto por el Partido Socialista y el derechista ODS. Este último aprovechó su mayoría para nombrar a Hodac y es el único que sigue respaldando la decisión. El portavoz del Gobierno, Libor Roucek, declaró que si el Parlamento aprueba el nuevo proyecto, los miembros del Consejo de la Televisión serán propuestos por diferentes organizaciones sociales y no por los partidos, y se evitará así la politización del ente público, eje central de una protesta que está abriendo heridas profesionales, ciudadanas y políticas.Los telespectadores checos tienen oportunidad estos días de presenciar, por fin, el que puede ser el primer reality show de calidad en televisión. Nada menos que una huelga en directo en los mismos estudios de emisión. Desde el pasado 24 de diciembre, los periodistas de la cadena pública de la República Checa, Ceska Televize (CT), están encerrados en los estudios de informativos para protestar por el nombramiento de su nuevo director, quien, según ellos, se propone politizar sin escrúpulos la información de la cadena.
Se trata de Jiri Hodac, un periodista de radio con experiencia en la BBC, quien es definido por los que le conocen como sospechosamente cercano al conservador Partido Democrático Ciudadano (ODS) de Václav Klaus, que quiere privatizar la televisión pública, o por lo menos uno de sus dos canales. Aparte del sesgo político que se le suponía, y lejos de querer hacer amigos en su nuevo trabajo, una de las primeras medidas de Hodac al asumir el cargo fue despedir a los principales ejecutivos y a más de 30 periodistas.
Nombrar un director de una televisión pública con vistosas cicatrices políticas no es algo que extrañe a un lector europeo medianamente informado, pero en el caso de la televisión pública ha provocado ya una verdadera crisis política e institucional.
En estos 15 días de encierro, la programación ha consistido en informativos alternativos hechos artesanalmente por el equipo encerrado en los estudios. Sin embrago, el director Hodac se encarga de machacar cuando puede la emisión con programas enlatados emitidos por otro equipo de técnicos afines. El espectáculo ha encontrado una rápida respuesta del público, que ha apoyado masivamente la protesta de los huelguistas.
En una encuesta realizada la semana pasada, el 89% de los checos pedían la dimisión del nuevo director de su televisión pública. Los periodistas han recibido también el apoyo de numerosos políticos, escritores, directores de cine y personalidades públicas. Además, decenas de miles de ciudadanos (hasta 130.000 según algunas fuentes) salieron ayer tarde a la calle para sumar su voz a la de los periodistas encerrados. ¿Telespectadores indignados? Quizá algo más. Muchos han querido ver en la manifestación, que se llevó a cabo en la legendaria plaza Wenceslas de Praga, una protesta popular contra los últimos vestigios de un modo de actuar que recuerda demasiado al antiguo régimen comunista.
El mismo presidente de la república, Václav Havel, ha expresado públicamente su apoyo a los huelguistas, y ha dicho que el nombramiento de Hodac, 'aunque es acorde a la ley, va contra su espíritu, y por tanto, es muy peligroso'. Havel ha suspendido un viaje de placer previsto para hoy a las islas Canarias para poder seguir de cerca los acontecimientos. La mujer del presidente, Dagmar Veskrnova, también apoyó la causa de los rebeldes en uno de sus programas alternativos.
Los sindicatos también han expresado su solidaridad con los periodistas, y han pedido que no intervenga la policía para desalojarlos, como ha solicitado ya Hodac ante los tribunales. El escándalo ha saltado también a las manos de las instituciones europeas, que han recibido ya una petición de la Federación Internacional de Periodistas reclamando una intervención de la Comisión en el conflicto. En el documento, la FIP acusa a Hodac de 'intentar llevar a cabo una purga' en el seno del equipo de periodistas de la cadena. En tono de aviso, el portavoz de la FIP, Aidan White, dijo que 'la lucha de los periodistas checos está a punto de poner fin a la censura y la manipulación política de los medios. Tienen todo el apoyo de los periodistas de toda Europa.'
Escarmentado, el Gobierno checo se apresuró ayer a aprobar un proyecto de enmienda de la ley de la televisión pública, que cambia la forma de elección de los miembros del Consejo de la Televisión. Este órgano, el que ha nombrado a Hodac, está compuesto por el Partido Socialista y el derechista ODS. Este último aprovechó su mayoría para nombrar a Hodac y es el único que sigue respaldando la decisión. El portavoz del Gobierno, Libor Roucek, declaró que si el Parlamento aprueba el nuevo proyecto, los miembros del Consejo de la Televisión serán propuestos por diferentes organizaciones sociales y no por los partidos, y se evitará así la politización del ente público, eje central de una protesta que está abriendo heridas profesionales, ciudadanas y políticas.
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