Año para 'grand slam' y para Ryder Cup

El mundo del golf espera expectante 2001, el año en que se podrá cumplir por primera vez uno de los hechos considerados más difícil, una de las grandes hazañas del deporte mundial: la conquista por parte de un jugador del grand slam lineal. Un jugador, Tiger Woods, se encuentra a un solo paso de conseguirlo. Ganador, consecutivamente, del Open de Estados Unidos, del Open Británico y del Campeonato de la PGA, el jugador norteamericano de 25 años, ya en posesión del gran slam alterno (victoria en los cuatro grandes en años diferentes) sólo necesita ganar en abril (5 al 8) el Masters de Augusta para ser el primer jugador que defiende simultáneamente la victoria en los cuatro, o grand slam interanual (los cuatro consecutivos en años diferentes). Y claro, si Woods mantiene la extraordinaria capacidad que le permite alcanzar su mejor nivel de juego, el nivel que le hace imbatible, coincidiendo con los torneos grandes no habrá mayor candidato que él para alcanzar lo insuperable, lo más deseado: el grand slam anual: ganar los cuatro (además del Masters, el Open de Estados Unidos, del 14 al 17 de junio, en Tulsa, Oklahoma; el Británico, del 19 al 22 de julio en Royal Lytham, y el PGA, del 16 al 19 de agosto, en Atlanta) el mismo año.Mientras, Sergio García, la gran esperanza blanca, llega a su tercer año en el circuito. Pasado el martirio del segundo, siempre el más duro según todos los jóvenes con talento, todos los que desde el primer año muestran su gran capacidad y deseo para arrasar, el tercero es, dicen, el de la madurez, el de la demostración. . Puede repetirse en 2001 la gran imagen del 99, la de Tiger Woods sufriendo en la PGA ante el acoso del joven de Castellón. Una escena que puede producirse en los cuatro grandes, en cualquier torneo del circuito americano (en el que también se prodigarán Miguel Ángel Jiménez y José María Olazábal), y también, y sobre todo, como es año año impar, en la Ryder Cup, en el gran enfrentamiento, el gran cara a cara del golf mundial.

La Europa que sufrió una estruendosa derrota el que pasará a la historia como el triste domingo de Boston, el día de las derrotas encadenadas en los partidos individuales, el día de las celebraciones fuera de tono, y dentro del green, de Justin Leonard y compañía, esperan a los estadounidenses en el campo británico de Wishaw (28 a 30 de septiembre). Serán tres de los días más intensos de 2001 de todo el deporte mundial: los mejores de un deporte luchando por el orgullo, y no sólo por el dinero.