"Sufrir no es malo; es una experiencia inevitable que hay que asumir"
No se es más feliz por desearlo; ni tampoco sirve para serlo el que te lo deseen los demás. Ni, por supuesto, le ayudan a nadie a ser feliz los letreros luminosos, ni la palabra Felicidades suspendida de los árboles, o colgada a la entrada de los edificios... El psicólogo Francisco Casado (Linares, Jaén, 1961), sabe mucho de esto. Todos los días, en su consulta del centro de Salud de Dos Hermanas atiende a un numeroso grupo de personas; muchas, según él, se declaran en estas fechas navideñas "especialmente desgraciadas e infelices".Pregunta. ¿Por qué en Navidad se deprime tanta gente?
Respuesta. Porque es una amenaza. Las personas vulnerables, aquellas que tienen más dificultades para entender la realidad se sienten indefensas ante tanta necesidad de aparentar y competir, ante la obligación de fingir, de atender visitas, o de acudir a reuniones sociales a las que no desean ir.
P. ¿A qué tipo de personas suele ocurrirle esto?
R. A las que tienen una imagen negativa de sí mismas y de la realidad; a los que creen e imaginan, de acuerdo con su natural pesimismo, que el futuro va a ser un fracaso.
P. ¿Quiere usted decir que la propuesta social de ser felices como sea en estas fiestas produce, precisamente, el efecto contrario?
R. Más o menos. Son muchas las personas que en Navidades perciben una imagen deformada de sí mismas; y, esa situación que viven falseada, agranda su soledad. La verdad es que el problema de la depresión no depende tanto de ese mundo exuberante que en estos días nos rodea como de lo que cada uno es capaz de extraer de él.
P. Entonces, ¿qué se puede hacer?
R. Pues... Si la situación se agrava, es decir, si la melancolía no se supera... Lo mejor es acudir al médico. Pero también puede ayudarle a esa persona la comprensión y la colaboración de su entorno familiar. Nada de palmadas, que, eso, como compadecerle, no le ayudará nada.
P. ¿Quiere esto decir que el mal está dentro de uno y que sólo su deseo de superarlo podrá curarle?
R. Efectivamente. Quien se sienta deprimido, lo primero que ha de hacer es pensar en que, para curarse, ha de hacerle frente a la situación en que se encuentra; que dependerá de él, sobre todo, su curación.
P. ¿Todos los deprimidos navideños lo son por la misma causa?
R. No. Hay otras, como la ausencia de los seres queridos, la inactividad, el invierno, el menor número de horas de sol...
P. Parece que el sufrimiento forma parte de la vida.
R. Sí; y es consustancial a ella. Lo que todo ser humano ha de hacer es aprender a manejarlo. Sufrir no es malo; es una experiencia inevitable que hay que asumir.
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