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FÚTBOL 16ª jornada de Liga

El Mallorca resuelve a siete minutos del final

El equipo de Luis remontó por dos veces la ventaja del Espanyol

El Mallorca enterró las ilusiones del Espanyol en el momento que más duele: a siete minutos del final y sin dejar atisbos para la reacción. Eto'o empalmó un lanzamiento lejano, pero que encontró red con la colaboración involuntaria de un defensor blanquiazul. Dos veces el Mallorca tuvo que remontar el marcador, y siempre para superar graves errores defensivos. La fe y la tenacidad salvaron a los hombres de Luis Aragonés, a costa de un Espanyol que encajó en Son Moix la cuarta derrota consecutiva.El Mallorca siempre echa una manita al rival de turno en Son Moix. Como ha ocurrido en los últimos seis partidos, encajó un gol (m. 12) que, de nuevo, le colocó en la pesada tesitura de tener que remontar un resultado adverso. Luis Aragonés había repetido hasta el cansancio que su defensa no podía dejarse sorprender por los delanteros rivales. Exigió concentración hasta la saciedad, pero al menor descuido, Tamudo clavó el primero (tercero de su cuenta personal) sin apenas despeinarse.

MALLORCA 3ESPANYOL 2

Real Mallorca: Leo Franco; Cordero, Niño, Nadal, Miquel Soler; Finidi, Engonga (Francisco Soler, min. 46), Marcos, Ibagaza (Novo, min. 67), Stankovic (Eto'o, min. 54); y Luque.Espanyol: Mora, Navas (Toledo, min. 62), Solvevilla, Pochettino, Roger; Sergio, Galca, Toni, Martín Posse (Oscar, min. 77), Arteaga; Tamudo. Goles: 0-1, M. 12. Tamudo. 1-1, M. 20. Marcos. 1-2. M. 35. Martín Posse. 2-2. M. 57. Fernando Niño. 3-2. M. 83. Eto'o. Arbitro: Losantos Omar. Amonestó a Marcos, Navas y Tamudo. 10.000 espectadores en Son Moix.

El Espanyol no quiso ser menos que su rival y devolvió el favor con otro terrible fallo defensivo. Marcos, con la caña preparada, no falló. El empate en el marcador trasladó las acciones a su estado original. En un contragolpe, Navas abrió otro boquete en la zaga insular que aprovechó Martín Posse (min. 34) con toda la comodidad del mundo para batir por segunda vez a Leo Franco.

El Espanyol, entonces, creció hasta extremos insospechados. Este equipo demostró, durante muchos minutos, que sin agobios sabe mover el balón con maestría, aunque otra cosa es jugar con el aliento del rival en el cuello, como ocurrió tras el empate logrado por Niño.

Ahí se desmoronó el equipo de Paco Flores. Incapaz de administrar el tiempo del encuentro, hincó la rodilla con el gol de Eto'o, que había sustituido a Stankovic.

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