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FÚTBOL La resaca de la jornada

La magia del Alavés

El misterio del Alavés es el ejemplo más evidente de la naturalidad de la magia. Primero fue la suerte del principiante (no hace muchos años el equipo de Vitoria militaba en categoría Regional). Después, el efecto Mané, un entrenador sincero y con la lección aprendida. Más tarde, el espíritu de la tortilla (cada viernes se desgusta en el vestuario como un rito inviolable). Todo es verdad. Gerard en su momento más glorioso del tránsito del Valencia al Barcelona, como una estrella de la Liga, recordaba que nunca había conocido un vestuario como el del Alavés. Javi Moreno, el pichichi de la Liga, un personaje singular en el que no se concibe la insinceridad, lo dejaba claro el domingo en la cadena SER: "Nadie prodría explicar con palabras lo que es este vestuario. Una pasada", afirmaba lamentando la cortedad del diccionario para expresar sus sentimientos.He ahí el Alavés. Un club por encima de los futbolistas que lo componen, en el que cada cual busca su papel en el guión y no cambiar el guión para acomodar su papel. La obra siempre es la misma. Sea Julio Salinas en su última fase; Kodro en período de rehabilitación; Pablo, el único vitoriano; o Jordi Cruyff, con el pedigrí de los grandes clubes. Todos se someten al espíritu de Mané -un solo guión- o lo que se podría llamar el espíritu Karmona, un futbolista originario de la Segunda B que siempre hace su trabajo, que nunca falla en su cometido.

Pero el Alavés es algo más. Su salto de calidad estriba en el valor de su plantilla. En el conjunto vitoriano cohabitan futbolistas de una categoría contrastada. Mané, fiel a su sensatez, no sólo aplica un guión inviolable, sino que su capacidad para recuperar futbolistas en apuros resulta incuestionable. Lo hizo con Julio Salinas, con Kodro y este año ha repetido la tarea con Tomic, cariacontecido en el Roma, o Jordi Cruyff, en busca del prestigio perdido.

El Alavés ha fichado bien. Sólo uno de sus extranjeros busca sitio y no lo encuentra, el yugoslavo Djolonga, que no entra en los planes del técnico. No parece un fichaje suyo. El resto ha acreditado un perfil medio alto, pero a nadie le ha otorgado Mané la condición de figura. Javi Moreno, el goleador intratable de esta temporada, purgó una cesión en el Numancia antes de hacerse un hueco en el Alavés. Iván Alonso, un delantero uruguayo con unas posibilidades inmensas, está haciendo el papel de Javi Moreno la pasada temporada: suplente de lujo. Contra se ha convertido en el mejor lateral derecho de la Liga española ("porque ha pasado hambre", dice Mané), Astudillo es una pieza codiciada -entre-ga y calidad-.

El Alavés ha dejado de ser el efecto Mané para convertirse en el equipo que mejor trata el balón de la Liga española. La tortilla de los viernes es el reflejo de la humildad productiva. Su juego, el resultado de la calidad de los ingredientes.

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