Randolf Apperson Hearst, magnate de la prensa

Randolph Apperson Hearst, magnate de la prensa de Estados Unidos, murió ayer en en Nueva York, a los 85 años, a causa de una embolia. Era el último de los cinco hijos del legendario William Randolph Hearst, personaje tan excéntrico como brillante, tal como quedó reflejado en la película Ciudadano Kane, la obra maestra de Orson Welles que el magnate intentó censurar. El imperio periodístico creado por su padre tiene su centro en California, donde junto con la fortuna familiar en oro, plata y cobre la familia Hearst controla varios medios de comunicación.

Randolph Hearst, el ahora fallecido, tenía un estilo muy diferente al de su padre y estaba considerado como una persona con los pies en la tierra.

De hecho, a pesar de las conexiones paternas, Randolph Apperson Hearst comenzó su carrera en los medios de comunicación desde abajo, en la sección de sucesos de uno de los periódicos de su padre, cuyas expectativas intentó siempre cumplir.

En 1974, su hija, Patricia Hearst, fue secuestrada por el Ejército Simbiótico de Liberación, un grupo terrorista que exigió, entre otras cosas, que se repartiera comida gratis a los pobres de California, cosa que el padre de la secuestrada aceptó.

El secuestro tuvo un extraño final cuando Patricia Hearst declaró que se había unido al grupo terrorista con el nombre de Tania y llegó a participar en varios atracos. Posteriormente fue arrestada y cumplió 21 meses de prisión de una condena que nunca ha sido revocada.

Randolph Apperson Hearst, estuvo al frente del imperio de los medios de comunicación de su padre entre 1973 y 1996. La revista Forbes calculó que la fortuna personal de Hearst era de más de 1.800 millones de dólares.