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Programas descentralizados

Los centros territoriales de TVE renuevan los espacios avalados por los Gobiernos regionales

Rosario G. Gómez

Desde las tribus prehistóricas que poblaron Cantabria hasta el patrimonio arquitectónico que salpica las riberas del Duero, pasando por las iglesias de Cataluña o la lucha canaria. Los centros territoriales de Televisión Española se echan la cámara al hombro para trazar los perfiles culturales, paisajísticos o ecológicos de sus respectivas comunidades. Algunas de estas producciones, financiadas con recursos de los respectivos Gobiernos regionales, son lo más parecido a programas-postales. Muestran la cara amable de su comunidad.A este género pertenecen reportajes como los que los centros territoriales de Valencia y Navarra dedican al monasterio de San Miguel o al fuerte de San Cristóbal, respectivamente. En la misma onda se sitúa la serie documental Esglesias de Catalunya (recorrido por las iglesias catalanas) o el espacio de divulgación turística Canarias a la vista. Pese al sello cultural y divulgativo de estas emisiones, el programa con mayor cuota de pantalla de La 2 en Cataluña durante la temporada pasada fue Bailes de salón, espacio dedicado a transmitir competiciones de bailoteo.

Aunque en esta temporada se han incorporado a las emisiones descentralizadas los partidos de fútbol de la Segunda División B, en todos los centros abundan programas con una manifiesta carga política e institucional. No en vano, las arcas regionales financian, mediante fórmulas como el patrocinio, buena parte de la programación que La 2 emite en los bloques de desconexión.

El volumen de producción suele ser directamente proporcional al peso específico de las divisiones regionales de la televisión pública. Cataluña y Canarias, que tienen categoría de centros de producción, son las más activas. La oferta catalana no se circunscribe a programas de corte cultural, histórico o institucional. Abarca concursos de estrategia (Tic. Tac. Toe), magazines con entrevistas, parodias y reportajes (Sospitosos habituals) o tertulias deportivas (El rondo, dirigida por el polifacético Alfonso Arús). Incluso retransmite misas diferentes a las que pueden verse por La 2 en el resto de España.

Castilla y León presta especial atención a dos acontecimientos culturales que se avecinan: la ya tradicional exposición sobre las Edades del Hombre, que en 2001 se celebrará en Zamora, y los preparativos de Salamanca como capitalidad cultural europea de 2002. Otras producciones profundizan en las excavaciones de Atapuerca, se adentran en las leyendas sobre los lobos ibéricos y se zambullen en el Canal de Castilla, una magistral obra de ingeniería que acaba de cumplir 150 años. Rumores de río recorre los 900 kilómetros del Duero, haciendo un alto en el patrimonio histórico-cultural de los alrededores.

El centro de Extremadura firma una serie de 13 capítulos sobre la vida cotidiana de los emigrantes que abandonaron sus lugares de origen en los sesenta. Galicia, entretanto, opta por recuperar imágenes del No-Do para ilustrar los años de la transición gallega: 13 capítulos que abarcan de 1974 a 1981.

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