La cuna de Zidane
El Rayo soñaba con el Liverpool, un clásico del fútbol mundial -acaso el más genuino, popularmente- y deberá conformarse con un clásico del fútbol francés. El Girondins de Burdeos se presenta con la vitola de lider de la Liga francesa, aunque su estilo, su fútbol y sus futbolistas disten mucho del modelo de un equipo que predicaba el gusto por el buen hacer y que tiene entre sus glorias a futbolistas como Zidane, Papin, Tigana, Giresse, Bruno Lacombe o Trèsor. Su historial aasombra más que su presente. Ser la cuna de Zidane explica su aristocracia en el fútbol galo.El Girondins (fundado en 1881, con cinco título de Liga y dos de Copa, vivió su momento dulce en la década de los ochenta, en los que ejerció un dominio casi insultante en la competición francesa: tres títulos de Liga, dos subcampeonatos, dos títulos de Copa, le convirtieron en la referencia francesa del fútbol-arte, antes de sumirse en una depresión salvada con el título de Liga en 1999, que le devolvió los galones de la competición. Pasados los tiempos de sus viejas y jóvenes glorias, el Girondins ha reencontrado su lugar gracias a una combinación de veteranos (el ex valencianista Roche, el ex barcelonista Dugarry, o el belga Wilmots), futbolistas creditados como el delantero Laslandes, el ex deportivista Bonnissel , el africano Diabaté o el ex monegasco Legwinski.
La sensaciòn bordelesa ha sido el portugués Pauleta, fichado al Deportivo y que se ha convertido en el principal artillero del equipo que dirige Elie Baup, con diez goles en 14 partidos disputados de los 20 que acumula la Liga francesa. Pauleta ha sido la alternativa pícara e imaginativa a una delantera que presume del potencial físico que exhiben Wilmots, Dugarri o Laslandes, futbolistas acreditados técnicamente, pero dotados de condiciones intimidatorias en todas las facetas del juego.
El Girondins, fiel al modelo francés, es un modelo de integración interracial con futbolistas europeos (belgas, portugeses y rusos) y africanos (Togo, Guinea y Costa de Marfil).
El Rayo Vallecano se encontrará con un equipo que apela a la efectividad por encima del espectáculo, como reconocen sus jugadores, y que dispone del oficio suficiente para afrontar duelos complejos. El Girondins no se achanta ante la adversidad ni el ambiente. En Glasgow lo dejó claro cuando superó al Celtic, en la prórroga y en su terreno, en un entorno infernal.
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