El Celta resuelve en media hora el trámite del Shakhtar

La única ansiedad que ocupó al Celta en el primer tiempo fue la de buscar una vía de acceso a la portería que guardaba Virt, un chico con pinta de inofensivo, igual que el Shakhtar. Salvo la excepción de algún contragolpe sin pólvora, los ucranios no amenazaron a los gallegos con otra cosa que con un 0-0 igual al de la ida. Se metieron en la cueva y esperaron. Generosos para juntarse y defender en su empresa, lo mismo dio un mariscal que un soldado raso.Frente a la red de la zaga rival se plantó Gustavo López, un jugador especial. Raro porque en España hay pocos como él con su desborde. Con su relajada capacidad para ganar en todas las disputas que le presentan sus marcadores. Maneja las dos piernas, remata, tiene pase y visión y suele caer en lagunas de indiferencia que bajan su rendimiento. Ayer se dedicó a buscar y, a falta de Mostovoi, el Celta giró a su alrededor.

Así estaba el partido cuando López vio brecha. Se limpió a dos rivales, metió un pase para Giovanella y éste, solo, clavó un centro a la cabeza de Catanha que remató sin oposición en el medio del área. Ocurrió en el minuto 28. Exactamente lo que tardó el Celta en pasar la eliminatoria.

Catanha superó de esta manera una noche nefasta, en la que perdió dos goles cantados. Y así quedó el Shakhtar, en la cuneta mojada de la noche lluviosa de Balaídos.