El Valencia pierde el liderazgo
El Valladolid fue muy superior en el partido número 500 de Eusebio en Primera
Tristón y gris volvió a aparecer el Valencia en uno de sus desplazamientos, sostenido solamente por la seriedad de su defensa y de su portero. El Valladodid trabajó mucho mejor el encuentro. Y mereció ganarlo, sobre todo para dedicárselo a su capitán Eusebio, que cumplía 500 partidos en Primera y lo celebró con una actuación notable. Su excelente visión de juego, sin embargo, se topó con un inconveniente insalvable: la nula pegada de sus compañeros de ataque. El aguerrido Alberto salió quizá demasiado tarde. El mismo Eusebio protagonizó la acción más bella del partido: una volea enorme que atrapó por el aire el inspirado Cañizares.Eusebio recordó al de sus mejores tiempos: aquel que se deslizaba por el centro del campo y repartía juego a diestro y siniestro. Con los pasitos cortos y el depurado toque. El centrocampista pucelano, de 36 años, halló por momentos la complicidad de Caminero, otro viejo rockero que sabe reservarse para las grandes fiestas. Ayer era una de ellas. El líder, aunque no lo pareciera, visitaba el José Zorrilla. El Valencia, sin embargo, disimuló muy bien su clasificación en la tabla. Se comportó como un equipo menor. Sin la personalidad ni el encanto que suele proporcionarle su ausente capitán, Gaizka Mendieta.
VALLADOLID 0-VALENCIA 0
Valladolid: Bizarri; Torres Gómez, García Calvo, Heinze, Marcos; Fernando Sales (Alberto, m. 77), Jesús, Eusebio, Antonio López; Caminero (Ricchetti, m. 80); y Kaviedes (Turiel, m. 86).Valencia: Cañizares; Angloma, Ayala, Pellegrino (Djukic, m. 65), Carboni; Angulo, Albelda, Baraja, Kily González (Vicente, m. 87) Sánchez (Ilie, m. 69) y Carew. Árbitro: Puentes Leira. Expulsó a Jesús (m. 84) por doble tarjeta amarilla. Amonestó a Baraja, Antonio López, Pellegrino y Carew. Unos 8.500 espectadores en el estadio José Zorrilla.
El Valladolid, en cambio, masticó la primera parte a su antojo. Manejó el cuero con claridad, lo recuperó raudo y si no lo introdujo en la meta de Cañizares fue porque la defensa valencianista sigue empleándose expeditivamente. El Valencia disparó a puerta por primera vez tras el descanso. El central Ayala se alzó metro y medio del suelo para cabecear a la escuadra de Bizarri un córner que había sacado Angulo. Estaba cantado el gol en Zorrilla hasta que Antonio López despejó el balón bajo los palos. Se equilibró el choque tras la reanudación, especialmente porque por fin el vallisoletano Baraja se dejó ver ante sus paisanos. Fugazmente, eso sí. Cúper se desvive por su defensa, y puesto que Pellegrino tenía una tarjeta, lo sustituyó por Djukic, más predispuesto pues para defender el final del encuentro. El Valladolid, en todo caso, tampoco era el de la primera parte. Cansado el veterano Eusebio, bajó el pistón el conjunto de Ferraro. Salió Ilie y echó a perder de cabeza un magnífico pase de Angulo. En el Valladolid, en cambio, salió Alberto y el equipo pucelano recobró la chispa que había perdido. Se escabulló por el interior derecho y su centro atrás lo voleó extraordinariamente Eusebio. Respondió Cañizares con un gran vuelo. La presión local, no obstante, tocó a su fin cuando se quedó con un hombre menos por la expulsión de Jesús. Ni siquiera entonces, a falta de nueve minutos y con un hombre más, el Valencia buscó decididamente la victoria. Un tímido disparo de Angulo despidió el encuentro. Para el conjunto de Cúper, un empate fuera de casa es un tesoro.
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