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Dutruel se prepara para un recibimiento hostil en Vigo

Balaídos aguarda ansioso a Richard Dutruel. Tan sólo cinco meses después que el meta francés abandonase el que fuera su campo durante cuatro años, la afición céltica quiere cobrarse la deuda que le encolomaron el mismo día en que el actual guardamenta del Barça admitió que el club azulgrana se había interesado por sus servicios. Entonces, la ingenuidad le costó la suplencia en favor de Pinto y la enemistad de una afición que le tomó por un traidor."En absoluto me siento como un traidor", replicó ayer el meta azulgrana. "Tenía un contrato de cuatro años y lo cumplí. No he traicionado a nadie". Dutruel llegó al Camp Nou en junio, con 27 años y la carta de libertad en la mano. Sin embargo, la afición céltica no tomó esta circunstancia como un atenuante. En el subconsciente de los vigueses sigue pesando aún el afán de superación que entonces confesó tener el meta francés. Dutruel lo sabe y por eso no se extraña cuando le hablan del ambiente hostil al que deberá sobreponerse en Balaidos. "La gente es así, de modo que me lo esperaba. Pero no me perturba en absoluto", afirmó ayer el francés. Sin embargo, Dutruel no pudo evitar cierto gesto de sorpresa cuando se equiparó su caso al de Figo. Nada más lejos. El meta consideró, en cualquier caso, que no fue la hostilidad del Camp Nou la que pudo con el portugués, sino el buen marcaje al que le sometió Puyol.

El azulgrana, no obstante, no acaba de sentirse a gusto con la situación. Sin perder la serenidad, como en él es habitual, pero sin poder ocultar tampoco cierto grado de amargura, el meta admitió su resquemor con la afición céltica. "Después de cuatro años en Vigo", expuso, "siento que la gente se haya quedado con lo que pasó al final. Es una pena porque lo que sucedió no fue culpa mía". El guardameta tiene claro quiénes fueron los responsables de su salida del Celta por la puerta de atrás, pero tampoco quiere dar nombres.

Con todo, el partido del sábado será epecial para el meta azulgrana. Dutruel sabe que en Balaídos no sólo tendrá que superar la presión del campo sino recuperar la confianza del entrenador, perdida desde la séptima jornada, en favor de Arnau, ahora lesionado.

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