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Oficialistas y críticos de IU agotarán el diálogo en la confección de la nueva dirección para evitar otro choque

Los sectores oficialistas y críticos de IU agotarán todas las vías de diálogo a su alcance para conseguir pactar una nueva dirección, sin tener que recurrir al sistema proporcional de los apoyos que ambos sectores obtuvieron en la 13 asamblea de octubre, durante la reunión del Consejo Andaluz del próximo sábado. Las comisiones de cada una de las partes volvieron a reunirse ayer en busca de un acuerdo que, de momento, está bastante alejado. El punto de referencia es el modelo alcanzado en el ámbito federal entre el coordinador, Gaspar Llamazares, y Francisco Frutos, designado coordinador ejecutivo, aunque con interpretaciones muy distintas.La crítica Concha Caballero pide una reproducción exacta del reparto de áreas de responsabilidad, es decir, que haya también en Andalucía un coordinador ejecutivo y que su sector dirija alguna de las parcelas emblemáticas, como municipal, institucional o economía y empleo. También quiere que se imite el reparto de funciones en el grupo parlamentario en el Congreso, ya que Felipe Alcaraz, partidario de Frutos, ha sido nombrado portavoz. En consecuencia, plantea que el oficialista Antonio Romero, actual portavoz en la Cámara autonómica, deje de serlo para escenificar un cambio de discurso y modelo.

El coordinador andaluz, Diego Valderas, por el contrario, lo que quiere copiar del acuerdo de Madrid es el aumento de porcentaje de Llamazares en la ejecutiva federal: aunque en la asamblea éste consiguió un 42% en la nueva ejecutiva tiene un 51%. Respecto a las áreas de responsabilidad, hasta el momento, sólo está dispuesto a compartir la de movimientos sociales y reservar para su sector en exclusiva las otras tres. Valderas considera innegociable la sustitución de Romero por Concha Caballero. Algunos de los dirigentes oficialistas han planteado, incluso, que si la actual portavoz adjunta pasa a ser la titular en pocos meses acaparará la atención de los medios de comunicación y se colocará en una posición ventajosa sobre el propio coordinador.

Los críticos, sobre todo, insisten en que IU tiene que ser una fuerza soberana e independiente en sus decisiones y el PCA no debe tutelar ni imponer el discurso y las líneas de actuación; nuevos métodos de trabajo más participativos; apertura al exterior con más contactos con los movimientos sociales; y reflejo del cambio y la renovación por las que se apostó mayoritariamente en la 13ª asamblea de Torremolinos.

Diego Valderas confió ayer en alcanzar "la integración", aunque al cierre de esta edición no se había cerrado ningún acuerdo.

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