Díaz y Simancas se declaran vencedores en la FSM, y Amuchástegui se retira
La competición será entre dos. Los 643 delegados que hoy elegirán al nuevo secretario general de la Federación Socialista Madrileña (FSM) deberán optar entre el guerrista Rafael Simancas, apoyado también por un sector de los renovadores, y el vicerrector de la UNED José Antonio Díaz, propuesto por los renovadores por la base. El tercer aspirante en discordia, el jurista Jesús González Amuchástegui, anunció a última hora de la noche de ayer su retirada de la contienda electoral. Tanto Díaz como Simancas confían en hacerse con la victoria: ambos se atribuyen una mayoría del 60% de los delegados.El IX congreso de los socialistas madrileños se inició de la misma forma en la que se había desarrollado la elección previa de representantes en cada agrupación -con una guerra de cifras que permite a todas las familias declararse vencedoras-, pero con tres candidatos menos. A las renuncias, en jornadas recientes, del portavoz de PSOE-Progresistas en la Asamblea de Madrid, Pedro Sabando, y del diputado renovador Antonio Carmona (los dos incorporados ahora al equipo de Simancas) se sumó ayer la de González Amuchástegui. Éste había asegurado, hasta poco antes del comienzo del cónclave, que en ningún caso retiraría su candidatura. "No tengo vocación de bisagra. Represento una opción distinta y voy a ir hasta el final", aseveró. Horas después anunciaba ante los medios de comunicación que los escasos apoyos con los que contaba le habían hecho reconsiderar su decisión: "No es razonable oficializar así una candidatura. Pero me alegro de haber contribuido a favorecer el cambio de generación política en este congreso", explicó.
González Amuchástegui, más cercano ideológicamente a Díaz, no quiso pronunciarse, sin embargo, sobre el sentido de su voto y negó que fuese a pedir a sus seguidores que apoyen hoy a cualquiera de los dos candidatos que quedan. Simancas se apresuró a asegurar que parte de ellos ya le han comprometido su voto.
Opciones ideológicas
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En las candidaturas de los dos hombres que hoy defenderán sus proyectos en la tribuna de oradores se entremezclan opciones ideológicas de todo tipo: Simancas tiene su principal granero de votos entre los guerristas madrileños, pero cuenta también con apoyos entre el sector renovador más clásico, los seguidores de Pedro Sabando, Izquierda Socialista e incluso una parte mínima de los antiguos renovadores por la base. En total, según aseguran fuentes guerristas, entre un 60% y un 65% de los votos serán para el concejal.Los renovadores por la base son, por su parte, los valedores fundamentales de Díaz, sustentado además por otro grupo perteneciente a la renovación (en el que se encuentra el secretario general saliente de la FSM, Jaime Lissavetzky, y su presidenta, Cristina Alberdi). El vicerrector de la UNED también se apunta el 60% de los votos de los delegados, aunque otros miembros de su candidatura rebajaban ayer esa cifra a "algo más del 50%".
Pero las distinciones programáticas entre guerristas y renovadores se encuentran bastante diluidas en la FSM. "La diferencia está en la forma de entender el partido, nada más", aclaraba el diputado regional Antonio Carmona, renovador adherido desde hace cuatro días al proyecto de Simancas. "Los acostistas [seguidores de José Acosta, líder del guerrismo madrileño] quieren un partido más unido, con una dirección más fuerte. Los renovadores estamos más por la apertura del PSOE". Díaz considera que "aunque en principio sí existen diferencias ideológicas, puesto que el guerrismo ha pretendido siempre situarse a la izquierda del partido, la realidad es que los proyectos de ambos sectores son muy parecidos". Todos los candidatos se han manifestado públicamente "herederos del espíritu del 35º congreso" federal del PSOE, que dio la victoria a Rodríguez Zapatero, abanderado del concepto de "socialismo libertario".
Los trabajos en las distintas comisiones de debate político se desarrollarán a lo largo de la mañana de hoy, para dar paso, al mediodía, a los discursos de los dos candidatos en liza y la votación definitiva del secretario general. Será entonces cuando el vencedor comience las negociaciones para configurar la nueva ejecutiva, una operación en la que se pondrá sobre la mesa la posibilidad o no de integración entre los distintos sectores. "Siempre habrá grupos de amigos. Pero que se acaben las trincheras", pedía ayer, al final del día, Juan Barranco.
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