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EL PA inicia la segunda expulsión de Pedro Pachecho y le aparta provisionalmente del partido

La historia se repite.La ejecutiva del PA acordó ayer abrir expediente a Pedro Pachecho, el primer paso para su expulsión, por faltas que van desde una actitud "indisciplinada reiterada" a la "ofensa y desprestigio" de la dirección "con escándalo y publicidad". Como medida de choque, ha sido apartado provisionalmente del partido por "imputar delitos y actos ilícitos" a dirigentes. Esta será la segunda vez que la cúpula del PA expulsa Pacheco - la anterior fue en 1993-, quien en una entrevista a EL PAÍS pide a los miembros de su corriente crítica que no le sigan y afirma "El PA se ha cavado su propia tumba".

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"El PA ha cavado su propia tumba. De ésta, no sale"

La tesis más moderada sobre cómo conductir la difícil situación de Pedro Pacheco, que apostaba por ir tejiendo un lento pero certero cerco para aislarlo, ha sido finalmente desbancada. Las noticias, cada vez más insistentes, que iban llegando a la calle Vidrio, sede nacional del PA, respecto a que el alcalde de Jerez había comenzado una estrategia de contactos con sectores de distintas índole para sondear su opinión sobre el andalucismo han precipitado una medida traumática, de la que tenía especial recelo el secretario general, Antonio Ortega, cabeza visible del PA salido del 12º congreso de Torremolinos.Precisamente, en la reunión de la ejecutiva de ayer pesó, sobre todos los agravios de las siempres explosivas declaraciones del hasta hace unos meses candidato del PA a la Junta - apiladas en dossieres y vídeos-, la posibilidad de que estuviera preparando el lanzamiento de una fuerza política. En una entrevista a EL PAÍS, Pacheco niega que se proponga crear un partido y enmarca sus reuniones en la construcción de una especie de foro de reflexión. También pide expresamente a los miembros de la corriente crítica de Mayoría por el Cambio, a la que apoyó en el congreso , que no abandonen el PA y se abstengan de promover adhesiones masivas.

Desde que Alejandro Rojas-Marcos (presidente) y el propio Ortega decidieran denunciar judicialmente a Pachecho por atentar contra su honor, su futura expulsión era un hecho irrefutable. La única incógnita era cuándo, cómo y cuántos miembros más.

El secretario de Comunicación, Javier Aroca, lo despejó ayer. Las acusaciones del expediente son: actitud indisciplinada reiterada; no respetar los estatutos; ofender y desprestigiar a los órganos de dirección y a sus miembros con escándalo y publicidad, y no acatar las decisiones de los órganos de dirección. La ejecutiva nombró como instructor al onubense Juan Francisco Rodríguez Castro, que tiene diez días para comunicárselo a Pacheco, y éste, 15 días para alegar. Después, Rodríguez Castro formulará el pliego de cargos, habrá un nuevo plazpo de alegaciones y la resolución irá a la Comisión de garantías, que se encarga de las expulsiones. Mientras se producen los trámites, la dirección ha decretado la separación provisional del partido por "actuaciones de extrema gravedad", como no aceptar los resultados del congreso, e imputar "delitos y actos ilícitos" a dirigentes, en este caso a Rojas-Marcos y Ortega. La dirección ha editado y repartido un vídeo con las acusaciones que hizo Pachecho a ambos en el congreso.

El grupo parlamentario decidirá el lunes si le mantiene en la única comisión en la que figura como presidente, tras ser apartado hace 15 días de otras dos, en las que no tiene voto pero sí voz.

Los andalucistas iniciaron el fallido congreso de octubre divididos en dos bloques (oficialistas y críticos) y lo cerraron fracturados en cuatro; la vieja guardia de Rojas-Marcos, la nueva mayoría de Ortega, el sector de Antonio Moreno y Julián Álvarez y el pachequista de Mar Calderón. En la clausura, en la que Rojas-Marcos y Pacheco se enfrentaron directamente, ya se vio que no había vuelta atrás y que el presidente estaba decidido a volver a echar a su eterno rival.

Se trata de la segunda vez. En 1993 Pachecho creó otro partido, el PAP, y las elecciones que sucedieron a la ruptura fueron un desastre. Con la reunificación de 1996 y la entrada en el Gobierno de la Junta, se impuso una paz tensa que duró tres años y que se resquebrajó con la carrera ascendente de Ortega y las elecciones autonómicas del 12 de marzo.

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