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El pacto con Frutos garantiza a Llamazares el apoyo del 80% de IU

Carlos E. Cué

Las interminables negociaciones para componer la dirección de IU han dado sus resultados. Los dos grupos enfrentados, liderados por el nuevo coordinador general, Gaspar Llamazares, y el secretario general del PCE, Francisco Frutos, han llegado a un acuerdo para repartirse los puestos en la cúpula. Mañana, el nuevo Consejo Político Federal se reúne para elegir en voto secreto a la dirección y refrendar a Llamazares. El pacto entre los dos sectores mayoritarios garantiza para el nuevo coordinador general un apoyo en torno al 80%.

A pesar de las buenas intenciones mostradas por ambos grupos tras los brutales enfrentamientos previos a la asamblea de finales de octubre, no todo son parabienes. Existe un escollo importante para que los dos sectores mayoritarios puedan ponerse a trabajar conjuntamente y eliminar el ambiente enrarecido que ha presidido los últimos meses: la portavocía adjunta del Grupo Parlamentario. Llamazares quiere colocar en ese puesto a Luis Carlos Rejón, quien se ha caído de la permanente -la dirección ejecutiva- para dejar paso a la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, un personaje en claro ascenso dentro de IU cuyo apoyo al nuevo coordinador general fue fundamental para su victoria por una mínima diferencia. Y Frutos propone para ese puesto a Marisa Castro, diputada por Madrid. Visto que en el grupo parlamentario el secretario general del PCE tiene la mayoría y que el problema tiene difícil salida, ambos grupos han hecho algo ya tradicional en IU: posponer su solución para evitar conflictos.

En el acuerdo que los dos sectores mayoritarios han alcanzado no sólo para la permanente, formada por 15 personas, sino también para la presidencia -que toma las decisiones más importantes y está constituida por 57 personas- también se ha integrado al llamado sector crítico, dirigido por Ángeles Maestro y situado a la izquierda de la coalición. Pese a ello, y dado que el voto es secreto, no parece probable una votación a la búlgara, cercana al 100%, porque la división que permanece en el seno de IU hará que muchos voten en blanco o se abstengan -no hay otras opciones puesto que no existen listas alternativas-.

A partir de mañana, los dirigentes, aunque admiten que será complicado, tratarán de dejar la pelea interna en un segundo plano para pasar a hablar de política e intentar con ello recuperar el espacio de la coalición, que de momento se ha reducido a la mitad.

Uno de los asuntos fundamentales para recuperar el crédito de IU es, según el análisis de Llamazares que coincide con el de Frutos, el de la relación con los sindicatos, y especialmente con Comisiones Obreras. Izquierda Unida es una fuerza que dice representar los intereses de la clase trabajadora, por lo que muchos, dentro y fuera de la coalición, han criticado el enfrentamiento abierto que protagonizó la dirección anterior, liderada por Julio Anguita, con CC OO.

El lunes, Llamazares se reunirá con el secretario general de este sindicato, José María Fidalgo, para tratar de diseñar una estrategia común en diversos asuntos de actualidad. Para desarrollar esta tarea de reencuentro con CC OO el nuevo coordinador general ha colocado a uno de sus hombres de confianza, el senador Manuel Cámara.

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Otro de los aspectos en los que, según el análisis en el que coinciden tanto Llamazares como Frutos, más cancha puede tener IU para recuperar su espacio es el de la política municipal. Pese al descalabro electoral que la coalición arrastra desde 1999, IU mantiene, gracias a los acuerdos con el PSOE, una importante cuota de poder en muchos ayuntamientos españoles, que tienen como símbolo a la alcaldía de Córdoba. Un equipo de cuatro personas -Inés Sabanés, portavoz de IU en el Ayuntamiento de Madrid, y tres alcaldes: Rosa Aguilar, de Córdoba; Montserrat Muñoz, de San Fernando de Henares, y Fausto González, de Rivas Vaciamadrid- tratará de recuperar la credibilidad de la coalición desde la política municipal.

Y el último asunto clave, cuya solución es mucho más compleja, es el discurso de IU respecto a la crisis en el País Vasco. Llamazares se apoyó en Javier Madrazo, el polémico coordinador de Euskadi, para alcanzar el poder. Y ahora no se sabe bien si por la deuda que tiene con él o por evitar un conflicto grave en el inicio de su mandato, se niega a enmendarle la plana cuando éste se descuelga con alguna de sus polémicas declaraciones o decisiones. Y Frutos critica por ello al coordinador general, y lo seguirá haciendo. Nadie acaba de dar con la solución a este constante choque de trenes.

La nueva permanente

Los 15 miembros de la permanente -8 de Llamazares, 5 de Frutos y 2 del sector crítico- que se elegirán mañana son los siguientes: Rubén Fernández (secretario de la Permanente), Ginés Fernández (organización), Manuel Monereo (Programas), Rosa Aguilar (Política Institucional), Montserrat Muñoz (Pacto Local), Manuel Cámara (Relaciones con los sindicatos), José Francisco Mendi (Comunicación), Concha Denche (Medio Ambiente), todos del sector del nuevo coordinador general. Inés Sabanes (Política Municipal), Willy Meyer (Defensa), Marisa Castro (Mujer), Javier Alcázar (Empleo) y Ángel Pérez, sin cartera, representan la cuota que corresponde a la candidatura de Frutos. Y Susana López (Inmigración) y Ángeles Maestro (Sanidad) aportan la parte del sector crítico. Otros dirigentes se han tenido que conformar con estar sólo en la presidencia federal.

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