El PP de Lleida acepta la dimisión de 21 responsables locales
"Graves irregularidades"
El comité ejecutivo del Partido Popular (PP) de Lleida acordó anoche, con sólo un voto en contra, aceptar la dimisión de los 21 responsables de juntas locales y comarcales que, disconformes con el desarrollo del último congreso, enviaron una carta al presidente regional, Alberto Fernández Díaz, para poner sus cargos a disposición de la dirección. Los disidentes adujeron que no se sentían representados por la nueva dirección que desde el 29 de octubre preside José Manuel Pardos.Pardos se niega a reconocer que se haya abierto una crisis en el partido tras el último congreso, donde él obtuvo el respaldo del 70% de los compromisarios. "La gente puede decir lo que quiera, pero la realidad es muy diferente. Aquí todos están trabajando para que el partido avance y, por tanto, no se puede hablar de crisis", manifestó. Pardos explicó que la ejecutiva provincial había aceptado la renuncia de los firmantes al considerar que así "se respeta la voluntad expresada en la carta".
Un grupo de militantes de comarcas afines al candidato derrotado, el diputado autonómico Josep Maria Fabregat, no ha aceptado el resultado del congreso. Éstos propugnan una renovación del partido, algo que en su opinión no se conseguirá con la directiva saliente. Fabregat votó en contra de aceptar la renuncia de los críticos, entre los que figuran Antoni Ribalta, presidente comarcal del Urgell, y Eustaquio Corredera, que ocupa el mismo cargo en el Pallars Sobirà, además de los presidentes de las juntas locales de las poblaciones Mollerussa, Tremp, Les Borges Blanques, Tàrrega y Vielha.
La reunión de ayer del máximo órgano de gobierno del PP de Lleida llegó en uno de los momentos más delicados para esta organización política, sobre todo después de que el sector crítico hubiera acusado al oficialista de cometer "graves irregularidades" en la designación de los compromisarios para el congreso y de presionar a determinados militantes para que en el mismo votaran al candidato avalado por la cúpula provincial, donde desde hace años mueve todos los hilos el diputado al Congreso José Ignacio Llorens.Pardos se ha defendido de estas acusaciones diciendo que el congreso se cerró sin que se hubieran presentado impugnaciones en ninguna de las mesas y minimizó el conflicto al afirmar que el grupo disidente sólo constituye una pequeña representación de los más de 800 cargos del partido en la provincia.
El pasado sábado, Fernández Díaz exhortó a los dirigentes leridanos a realizar un esfuerzo para mantener la unidad del partido y para integrar todas las sensibilidades en la nueva dirección. En un principio, a fin de evitar secuelas imprevisibles, Pardos no descartaba que algunos de los militantes disidentes pudieran continuar al frente de las responsabilidades que tenían antes de dimitir.
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