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FÚTBOL 11ª jornada de Liga

El Barcelona se viene abajo

El Zaragoza remató al Barcelona a balón parado y en una acción ridícula de Arnau, situaciones que expresan tanto la falta de atención del equipo azulgrana como su estado de alta tensión. Le pueden al equipo barcelonista las dudas y el entrenador no encuentra respuestas, a juzgar por cómo quedó parado el plantel al final del choque.Mal puesto y peor removido, el Barcelona no sabe a qué juega. Anoche cayó a balón parado, pero con la pelota tampoco supo nunca qué hacer, superado siempre por un rival más enchufado, enfebrecido, dispuesto y muy ordenado. Uno a uno, los jugadores tampoco hicieron nada por remendar los problemas del equipo, y entre ellos Rivaldo, alejado de la cancha, sin entrar en juego, sin comprometerse en ninguna jugada, salvo en un par de tiros libres que Juanmi defendió con gran acierto.

ZARAGOZA 3 BARCELONA 1

Zaragoza: Juanmi; Pablo, Paco, Lanna, Sundgren; José Ignacio, Acuña; Juanele, (Aragón, m. 80), Montenegro (Garitano, m. 77), Martín Vellisca; y Jamelli (Yordi, m.85).Barcelona: Arnau; Puyol (Overmars, m. 54), Abelardo, Petit; Xavi (Gabri, m. 80), Cocu; Simao, Luis Enrique, Sergi (Gerard, m. 57); Rivaldo y Kluivert. Goles: 1-0. M. 42. Lanna cabecea a gol anticipándose en el salto a Petit. 2-0. M. 51. Jamelli tras un error de principiante de Arnau, que se hizo un lío con el balón en una cesión de Petit. 3-0. M. 57. José Ignacio, llegando desde atrás completamente solo, cabecea a gol tras un saque de esquina de Montenegro. 3-1. M. 90. Gerard, de cabeza, tras un saque de falta de Rivaldo. Árbitro: Losantos Omar. Amonestó a Sergi, Simao, Paco, José Ignacio, Sudgren y Martín Vellisca. Más de 30.000 espectadores en La Romareda, en la que fue la mejor entrada de la temporada.

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Al límite

No supo nunca el Barcelona desprenderse de la zozobra con la que llegó a La Romareda por la acumulación de malos resultados. Al fin y al cabo, el partido respetó el estado con el que ambos equipos llegaban a La Romareda, de manera que el Zaragoza fue un conjunto fresco y determinante. Toda la plantilla, salvo Acuña y Rebosio, se había entrenado intensamente y Luis Costa había repasado una y otra vez el vídeo del Barcelona-Villarreal. La receta de Víctor Muñoz consistió en tapar las bandas, no dejar jugar a Xavi y Luis Enrique, defender a cara de perro y moverse rápido en los contraataques. Sólo que en este caso había una notable diferencia. En La Romareda estaba Rivaldo.

Luis Costa acertó con el planteamiento y ni Rivaldo ni Kluivert pisaron el área con peligro. Ni Xavi ni Luis Enrique ni Simão conectaban con los delanteros. Eso sí, Serra Ferrer había aleccionado a los suyos en el trabajo defensivo. El Barcelona hizo nueve faltas, cinco de ellas de Abelardo, en los primeros 13 minutos. Además, Juanele, Montenegro y Jamelli, que interpretan muy bien las paredes, los pases al hueco, las pillerías, desafinan en las notas finales, en las del gol. Juanele desperdició primero una volea clara y después Jamelli falló una vaselina ante Arnau, que se había caído.

Así las cosas, con el predominio de las defensas durante el primer tiempo, sobresalió un incisivo Martín Vellisca, que llevó el peligro por la banda izquierda frente al contundente Puyol. Y en un saque suyo de córner, cuando el Zaragoza pisó el acelerador al final del primer tiempo, puso un buen balón que Lanna cabeceó a la red, ganando en el salto a Petit.

Cuando el público todavía se preguntaba cómo iba a jugar el Barcelona durante el segundo tiempo llegó el error de principiante de Arnau, que había estado jugando a la ruleta rusa con las cesiones durante todo el partido. Jamelli, listo, le robó el balón y, casi sin ángulo, lo empujó a la red. Afloraron entonces los nervios azulgrana y, sólo seis minutos más tarde del segundo gol, José Ignacio marcó el tercero. Fue el segundo a balón parado y desmoronó el trabajo defensivo del Barcelona, un gol que no le pueden hacer a un equipo grande.

Desde ese momento, el Barcelona jugó a la desesperada, con más delanteros, y emergió la figura de Juanmi, que realizó cuatro buenas paradas a tiros de Rivaldo y Kluivert. También el Zaragoza pudo lograr la cuarta diana en una clara llegada al área de Martín Vellisca. Al límite del tiempo, Gerard marcó el gol del Barcelona a pase de un gris Rivaldo.

El partido, en definitiva, terminó en una fiesta de la afición del Zaragoza, que de la mano de Luis Costa vuelve a sacar pecho. Por contra, la cruz del Barcelona se agranda de forma inquietante a cada partido.

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