El 'comando' desarticulado en Madrid tenía material para montar coches bomba y lapas
El comando de ETA desarticulado en Madrid nada más llegar había acumulado material para la fabricación de coches bomba y bombas lapa y había empezado a recabar información "incipiente" sobre futuros objetivos. Sin embargo, carecían aún de los explosivos y, por lo que se sabe por ahora, del vehículo para montar la bomba, según han informado fuentes de la lucha antiterrorista. Los cuatro detenidos como presuntos miembros del núcleo del comando tenían anotaciones sobre matrículas, especialmente de coches privados de policías, y dos revistas con datos sobre empresarios y periodistas.
Iban en autobús
A la vista del material incautado por la policía en los tres pisos que el comando tenía en Madrid y en el chalé de Azuqueca de Henares (Guadalajara), los supuestos etarras Ainara Esteran, Nerea Garro, Víctor Goñi y Asier Urretabizkaia tenían en cartera cometer en Madrid varios atentados con bomba, según fuentes de la lucha antiterrorista. Los supuestos etarras acumulaban -además de dos pistolas con su correspondiente munición (nueve milímetros) y fundas- seis fiambreras de plástico de las que la organización terrorista suele utilizar para fabricar bombas lapa para adosarlas en los bajos del coche o introducirlas bajo el asiento del conductor del vehículo de la víctima elegida. También tenían dos ollas a presión, un mando a distancia, sistemas de relojería, cables, placas eléctricas y un saco de tornillos. Éstos son los materiales que habitualmente usa la banda para la construcción de los artefactos que colocan en los coches bomba.
Los servicios de Información están convencidos de que con estos materiales los supuestos etarra iban a cometer, en primera instancia, un atentado con coche bomba, aunque les faltaban los explosivos. Este dato les ha hecho pensar que o bien iban a recibirlos en breve o bien iba a establecer contacto con el otro comando que ha actuado en Madrid. "Los etarras pueden seguir estando en Madrid y creo que ETA tiene capacidad para matar en Madrid y fuera de Madrid", aseguró a Antena 3 TV el director general de la Policía, Juan Cotino. Los investigadores tienen la certeza de que existe otro grupo de ETA en Madrid, aunque desconoce si, a raíz de estas detenciones, ha abandonado la ciudad o permanece escondido.
Las dos etarras liberadas (a sueldo) habían sido sometidas a un intenso seguimiento en los últimos ocho días, tiempo en el que los investigadores pudieron comprobar que se movían por la capital de España en transportes públicos, desde los que anotaban las matrículas de vehículos oficiales. "Incluso se sabe que hicieron seguimientos a policías que salían de una comisaría en sus coches particulares", indicaron fuentes del Ministerio del Interior.A raíz de estos seguimientos habían logrado recabar información "aún muy superficial" sobre objetivos. Las fuentes consultadas prácticamente descartaron que pretendieran perpetrar un atentado contra el Cuartel General del Ejército, centro militar que los activistas podían ver desde las casas que ocupaban en las calles de Infantas y Augusto Figueroa. "No es probable que fueran a atentar contra ese centro porque normalmente no actúan en la zona en la que viven", indicaron las citadas fuentes antiterroristas.
En los registros de las cuatro viviendas también se han localizados dos ejemplares de la revista Ardi Beltza (Oveja negra), la publicación de Pepe Rei que, según el colectivo ¡Basta ya!, señala a personas que posteriormente ETA incluye entre sus objetivos para matar. Los números de las citada revista son el ocho y el nueve. El primero se refiere fundamentalmente a empresarios, tanto vascos como del resto de España, y el segundo versa sobre periodistas. En ambas aparecen fotografías de las personas que se mencionan. Los activistas y sus supuestos ayudantes (Lourdes Sánchez, Alicia Yagüe) disponían también de manuales de electrónica, un ordenador y material informático.
Mientras, los GRAPO reivindicaron ayer mediante un comunicado la colocación de bombas en empresas de trabajo temporal de Vigo, Barcelona, Madrid y Sevilla, en la sede de El Mundo en Barcelona y dos asaltos a furgones blindados para "recuperar" los fondos que portaban y las armas de los vigilantes. La banda dice que su reaparición no se debió al 25º aniversario de su creación, sino a la vuelta "a la represión y al terror" por parte del Estado que, a su juicio, se manifiesta en la "injusta" persecución de la kale borroka, la detención de los miembros de Ekin y la guerra sucia. Los GRAPO muestran su apoyo al llamado Movimiento de Liberación Nacional Vasco.
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