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Jesús Gil cierra la crisis del Atlético con Futre como nuevo director deportivo y la continuidad de Kiko

Jesús Gil abortó ayer la revolución anunciada por él mismo tras la derrota del miércoles ante el Universidad de Las Palmas y dio por cerrada la enésima crisis del Atlético de Madrid con el fichaje de Paulo Futre como nuevo director deportivo. Gil anunció además que su hijo Miguel Ángel seguirá en el club, aunque circunscrito a la parcela administrativa, "porque su padre le obliga" y dio por zanjados los problemas con Kiko y el resto de la plantilla. Al equipo de Paulo Futre, que tendrá todo el mando sobre el área deportiva del Atlético, ya se han incorporado Vicente Montes, abogado, asesor y amigo personal del ex futbolista portugués, y Manuel García Quilón, abogado y persona muy implicada en la marcha del equipo por su condición de representante de varios jugadores de la plantilla, que será asesor deportivo "fijo y permanente" de la presidencia. "Es un momento delicado, peor es imposible", admitió Futre, "pero tengo fe en que saldremos adelante porque contamos con la mejor plantilla de Segunda".

La maratoniana jornada que ayer se vivió en las oficinas del Vicente Calderón, en la que Gil encadenó una reunión tras otra, arrancó con la visita del padre de Kiko, al que hasta ayer el presidente atlético estaba dispuesto a darle la carta de libertad. Tras más de una hora de diálogo, el club emitió un comunicado firmado por ambas partes asegurando que "nunca ha existido la intención por parte del Atlético de que Kiko dejase de prestar sus servicios al club", admitiendo "que el jugador estaría facultado para abandonar el club" a final de temporada "si el Atlético no ascendiese" y dando por "totalmente olvidado" el intento de fichaje de Kiko por el Milan. Kiko por tanto se queda -"No preguntéis más por él. Ha corrido demasiada tinta sobre Kiko, pero ya se ha aclarado todo y no se va a hablar más de él", dijo Gil-. Y también Hugo Leal, cuyos contactos con el Benfica, según el presidente del Atlético, no fueron más que "maniobras electorales", del recién elegido mandamás del equipo luso.

Gil mantuvo también una tensa reunión con la plantilla. Una charla que, según Toni Muñoz, el capitán del equipo, "ojalá sea la última porque así no se soluciona nada. Un cariacontecido Toni añadió, sobre las feroces críticas que los dos últimos días Gil lanzó a los jugadores: "Por nuestra parte está todo zanjado, pero lo que tenía que haber hecho era haber hablado antes con nosotros. Ahora el mal ya está hecho".

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