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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La historia de las humanidades

No puedo dejar de manifestar el interés con que leí el pasado día 23 de octubre de 2000 el artículo de don Ignacio Sotelo titulado La enseñanza de las humanidades. Con cierta perspectiva histórica de lo que ha sido la prensa en estos últimos veinte años, este artículo tiene el sabor de los buenos trabajos que se extraen del periódico y se guardan para siempre. Es necesario, en efecto, una reflexión histórica sobre las humanidades, que no dejan de ser un producto de la cultura burguesa, tan bien reflejada en la literatura por el escritor Thomas Mann: "No puedo dejar de referirme, al pasar, y como tantas veces, a la íntima y casi misteriosa relación que existe entre la filología clásica y el sentido vivo y afectivo de la belleza y de la dignidad del hombre como ente de razón, relación que se manifiesta ya en el nombre de 'humanidades', dado al campo de investigación de las lenguas antiguas, y también en el hecho de que la coordinación íntima entre la pasión del lenguaje y las humanas pasiones se opere bajo el signo de la educación y como coronada por él, en virtud de lo cual la misión de formar la juventud se presenta como una consecuencia casi obligada de los estudios filológicos" (Thomas Mann, Doktor Faustus, traducción de E. Xammar, Barcelona, Seix Barral, 1984, página 11). Esta advertencia la hizo Thomas Mann ante el advenimiento de una de las páginas más negras de la historia de Europa y del mundo, en un intento desesperado por combatir la barbarie con la edu-cación de carácter propedéutico. Ante el fin de la cultura burguesa, y a falta de Homero o de Virgilio, quizá tenga razón Ignacio Sotelo cuando dice que habrá que conformarse con que los alumnos lean a Shakespeare en inglés o a Cervantes en español, algo que, por lo que parece, tampoco es muy viable en los exiguos marcos culturales de la nueva ley educativa. Pero quiero recordar que si a Shakespeare y a Cervantes no se les lee en las claves de universalidad que se merecen, si seguimos encasillándolos en sus respectivas literaturas nacionales, estaremos perdiendo, una vez más, nuestra oportunidad de ser ciudadanos del mundo. Y esta universalidad es la que precisamente se presenta en estado puro en Homero y Virgilio, o en Plutarco y Apuleyo, sin los cuales, por cierto, no podría entenderse cabalmente por qué son tan europeos y universales Cervantes y Shakespeare.- Francisco García Jurado. Profesor titular de Filología Latina de la Universidad Complutense y secretario de la Sociedad Española de Estudios Clásicos. Madrid

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