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¿Y qué hago si llora?

Carlos Apoita manipula el muñeco con el mismo cuidado con el que cogería entre sus manos a un niño de semanas. Mientras le limpia y coloca unos pañales, una decena de personas -parejas, madres de familias monoparentales y, sobre todo, varones- atiende sus explicaciones. Los padres son precisamente los principales destinatarios de los talleres que la asociación de amas de casa de Álava, en colaboración con el Servicio de Igualdad del Ayuntamiento vitoriano, ha organizado en varios centros cívicos de la ciudad para fomentar la corresponsabilidad de hombres y mujeres en las labores del hogar.Se trata de un cursillo de 12 horas divididas en ocho clases en que padres con experiencia en el cuidado de niños como Apoita, profesionales de la enfermería y miembros de la asociación organizadora exposndrán sus conocimientos a la veintena de personas que se han interesado. "Hemos llevado a cabo clases de preparación al parto y posparto en centros de salud de Vitoria, y a partir de ahí vimos la necesidad de dirigirnos a los hombres, dentro de una iniciativa que no cuenta con antecedentes, al menos en la provincia", indica Nieves Sáenz de Cámara, vicepresidenta del colectivo. Los contenidos son muy variados y abarcan desde la alimentación del niño, baños y vestuario o salud y seguridad infantil hasta aspectos más teóricos como los derechos relativos a la paternidad y la escolarización. Se dirige a los padres especialmente ya que "en estos tiempos el compromiso de igualdad en las tareas domésticas debe alcanzar también el cuidado de los hijos", agrega Sáenz de Cámara.

Adolfo, un funcionario de 39 años que espera su primer hijo, comparte este criterio. "Creo en el reparto de las responsabilidades y por eso estoy aquí", indica mientras intenta limpiar al muñeco con el esmero del principiante. Tanto él como Paco, que ha acudido a los talleres con su esposa embarazada, coinciden en que lo que más les preocupa es la fragilidad de los bebés: "Da miedo cogerlos porque parece que se van a romper entre las manos".

Los consejos que ofrece el monitor son de tipo práctico, y van desde la recomendación clásica de medir la temperatura del agua del baño con el codo hasta controlar si el niño tiene frío "tocándole el cogote". El taller persigue ofrecer un banco de pruebas y asesoría que trascienda lo que los padres pueden conocer a través de consejos de otros progenitores o de publicaciones especializadas. "Este tipo de revistas presenta grandes lagunas en la didáctica de la paternidad", sostiene Sáenz de Cámara.

El perfil de la veintena de personas matriculados en los talleres se corresponde con el esquema sociológico actual: "Tienen de 25 a 35 años más o menos, y algunos están a punto de ser padres mientras otros cuentan ya con hijos pequeños", indica la organizadora. Los hombres que han acudido a los centros de Aldabe e Iparralde lo han hecho por iniciativa propia y niegan haber sido empujados por sus parejas.

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