"Todos los adultos llevamos un niño dentro"

Nacida en Cádiz en 1968, Paloma García se acercó al mundillo de los cuentacuentos (narradores orales de relatos en escena) gracias a un taller del veterano grupo Shamán. Poco después formaba su propio grupo, Pandora, que acabó dividiéndose en dos compañías diferentes Cuentavientos y Pin-Pon, Cuentacuentos del Montón. Actualmente forma parte del colectivo andaluz La Calleja y frecuenta el Club del Cuento, que cada jueves y desde hace seis años cita a los aficionados al género en el bar Albanta de la capital gaditana. Esta semana ha dado comienzo una nueva temporada.Pregunta. ¿Cómo se forma un cuentacuentos?

Respuesta. Hay distintas formas de hacerlo. Por ti mismo, viendo a otros grupos o con talleres de narradores profesionales; todo sirve para aprender a estar en un escenario. No obstante, si eres autodidacta vas a encontrar algunas dificultades que conviene corregir con ayuda de otros narradores más expertos.

P. ¿Hay que ser más lector que actor?

R. Más lector que actor, sin duda. Los narradores no están representando a nadie más que a sí mismos, contando historias.

P. Y, además, creadores...

R. Siempre somos creadores en la medida en que la palabra nunca es la misma, del mismo modo en que un torero nunca repite exactamente una verónica. El narrador nunca entrena para repetir. Trabaja continuamente sobre las experiencias que está viviendo a su alrededor y consigo mismo, y así consigue reinventar la misma historia cada vez que sube a un escenario.

P. Los cuentacuentos no deben tener problemas de vestuario o ensayo.

R. Como la narración oral es tan libre, cada uno elige. Hay quien ensaya en una casapuerta, otros necesitan espacios más sofisticados, o determinados vestuarios. Pero en principio basta con la voz, el cuerpo, unos pantalones y una camisa. El público sabe que el arte depende de lo que lleva la persona en sí.

P. ¿El boom del cuentacuentos es pasajero?

R. Creo que hay una necesidad de cercanía, de comunicación directa. Los medios de comunicación nos bombardean con imágenes, pero el teatro y el cine siguen manteniéndose ahí, son necesarios. La comunicación virtual, el e-mail, no deja de ser comunicación con un intermediario. Aquí no hay intermediarios, es sencillamente una forma de acercar los cuentos a todo el mundo.

P. ¿Público infantil o adulto?

R. Todas las historias tienen un público que no seleccionas. Lo que escoges son las historias pensando en el público. No es lo mismo actuar en un bar, de noche, que en un colegio. Hay que tener cuentos para todas las edades, aunque a veces contamos a los adultos historias de niños. Al fin y al cabo, todos llevamos uno dentro.