_
_
_
_

Un anciano mata de dos disparos a su nieto en Bormujos tras una disputa

José Manuel Libreros, de 78 años, fue detenido ayer en Bormujos (Sevilla) por la muerte de su nieto Ignacio Vázquez, de 21. Según la Guardia Civil, Libreros disparó al joven dos tiros de escopeta en su casa, en el número 65 de la calle Pablo Coso, a las 18.20. Dos viviendas más arriba, en el 69, María Pilar Libreros asistía dos horas después, impasible, a la retirada del cadáver de su hijo y a la detención de su padre. El abuelo había denunciado en junio a Ignacio Vázquez por amenazas, insultos y robo.

En el domicilio del suceso convivían el abuelo, que hacía las veces de padre de familia, su esposa, su hija Pilar y dos de sus nietos: Ignacio Vázquez, el primogénito, y su hermana Elisabeth, de 19 años.Los vecinos consideraron anoche el suceso como el desenlace lógico de una historia familiar desgraciada. María Pilar Libreros había estado casada dos veces. La primera, con Ignacio Vázquez, un hombre del pueblo con quien tuvo a los dos hijos que vivían con ella. El segundo matrimonio le unió a "un forastero". De esa relación nacieron otros dos hijos, niño y niña también, que ahora viven con su padre en la misma localidad.

Tras dos separaciones, María Pilar acabó viviendo en casa de sus padres. Hace varios años tuvo un grave accidente y pasó varios meses en coma. "Despertó, pero nunca se recuperó del todo", apuntó un vecino. "A ella, le pegaba todo el mundo, menos sus padres", decían algunas allegadas, en referencia a los dos maridos y los cuatro hijos.

De hecho, el detenido presentó en junio una denuncia ante la Policía Local contra su nieto por insultos, amenazas y porque le robaba dinero. Fuentes municipales explicaron a Europa Press que, tras esta denuncia, los Servicios Sociales del Ayuntamiento realizaron un informe que definía al nieto como un joven "conflictivo y con conducta agresiva".

"El mayor [Ignacio Vázquez] se pinchaba heroína y robaba en la casa todo lo que encontraba para venderlo. Y cuando pedía dinero y no se lo daban, le pegaba a la madre, a los abuelos y a quien se pusiera por delante", aseguraban ayer los vecinos que, según comentaron, tras la enésima paliza de Ignacio a su madre pidiéndole dinero, el abuelo cargó su escopeta, cuidada pese a que hacía tiempo que no salía de caza, y disparó contra su nieto.

"Debía tenerlo pensado porque la escopeta estaba cargada. Y un tiro pase, pero dos, es porque lo había preparado", afirmaba un joven, indignado con el detenido.

Pasadas las ocho de la tarde, la Guardia Civil sacó de la casa a un anciano pequeño y abatido. Una toalla tapaba su cabeza. Un poco más allá, una señora rechoncha mantenía el equilibrio con dificultad y conservaba media sonrisa ausente, aburrida. El coche de los agentes que intervinieron en el caso arrancó y, al poco, María Pilar Libreros volvió a meterse en el número 69 de la calle Pablo Coso. Enfrente, Dominga adelantaba lo obvio. "Mañana hará la compra como si no hubiese pasado nada, seguro".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_