El Barça se la juega en Milán

Hipotecado por la goleada recibida en Estambul y resentido por el triunfo del Milan en el Camp Nou, el Barça acude hoy apremiado a San Siro para saber de su futuro inmediato, tal que fuera una final y no el cuarto partido de una ronda previa (20.45, TVE-1 y 22.45, Canal +). La derrota significa casi la defunción europea y un vía crucis en la Liga española, más que nada porque dejaría de ser llevadera, así que el margen de maniobra barcelonista es escaso, circunstancia que habla muy poco en su favor una vez que los sorteos europeos respetan las clases sociales del fútbol. Nada nuevo en el nuevo Barça, pues desde hace un tiempo es un rico aparente en Europa.A juzgar por cuanto ocurrió en el campo barcelonista, el partido será difícil de soportar y muy duro de pelar para los azulgrana. Enfrentarse al Milan es una tortura psicológica, empeñado como está el equipo de Zaccheroni en procurar que no pase nada en noventa minutos. Al Barça, un equipo febril y pasional, acostumbrado por el contrario a que en sus partidos ocurra de todo, se le comió la tensa espera en el Camp Nou (0-2), una derrota que ratificó su debilidad histórica en los partidos con el Milan, al que ha sido incapaz de marcar un gol en los tres encuentros disputados durante la década.

El reencuentro de esta noche se presenta igual de delicado que el primero. El Barça ha recuperado el ánimo con la goleada de Anoeta (0-6), rompió la dinámica de la fatalidad y, a pesar de las bajas de Overmars, Kluivert y Gerard, tiene un equipo más vertebrado que el que perdió en la ida, sobre todo por la entrada de un medio centro como Xavi, la recuperación de un futbolista competitivo del talante de Luis Enrique y la ansiedad de Rivaldo por mostrarse al calcio. Frente al Milan, sin embargo, las declaraciones de buenas intenciones sirven de bien poca cosa. Los italianos son superiores mentalmente porque saben jugar a especular, y hoy les pueden valer dos resultados, la victoria y el empate, así que al Barcelona parece aguardarle un áspero partido.

El control emocional puede resultar determinante en una pugna entre la paciencia de uno y la ansiedad de otro. Más que del Barça, el Milan está pendiente de la baja de última hora de Chamot y de resolver la duda de siempre: si juega con tres delanteros o con dos y medio. La incógnita es José Mari o Boban. Lo demás lo tienen muy claro: son expertos, no conceden facilidades y sólo necesitan una oportunidad para marcar un gol. Los números de Shevchenko son estremecedores: 12 goles en 10 partidos.

Por lo que parece, el Barça encontró un plan de urgencia en San Sebastián, y esta noche jugaría con la misma alineación que frente a la Real, salvo que el entrenador busque acomodo para Reiziger, para marcar a Shevchenko. Puede valer para empezar, pero nadie sabe si será suficientemente consistente y fiable para enfrentarse al Milan, extremista como se muestra el equipo de Serra Ferrer, tan capaz de golear como de ser goleado. Menos táctico que el Milan, el Barça es, por el contrario, un equipo excitante o irritable, fiel reflejo del estado de ánimo de Rivaldo, un futbolista capaz de acabar con un gesto técnico con cualquier organización defensiva, incluso con la del Milan, y para recuerdo queda, por ejemplo, el partido de Guti en agosto pasado cuando el Real Madrid goleó en San Siro (1-5).

El estadio estará lleno, confiada como está la hinchada en ver un buen partido. El Milan es sabedor de que ganando no sólo pasa prácticamente ronda sino que puede apear el Barça, una carambola demasiado apetitosa para despreciarla en una edición en que la final volverá a San Siro. De igual manera, el Barça es consciente de que esta semana se juega su credibilidad futbolística, europea frente al Milan, y española contra el Madrid, así que a la salida del campo le aguarda la miseria o la gloria. Pocas veces hubo término medio en el Barça. Hoy, mas que nunca, se la juega en Milán.

Milan: Abbiati; R.Junior, Costacurta, P.Maldini; Gattuso, Ambrosini, Albertini, Coco; Boban o José Mari; Bierhoff, Shevchenko.

Barça: Dutruel; Puyol o Reiziger, Abelardo, Petit; Xavi, Cocu; Luis Enrique, Simao, Sergi; Rivaldo, Alfonso.

Árbitro: Hugh Dallas (Escocia).