Una noche sin 10

La de hoy en Riazor será una noche menos lucida de lo esperado. Los jugadores más exquisitos de cada una de las escuadras, dos futbolistas, que al margen de sus diferencias, han estado a la altura de la carga histórica que arrastra en el fútbol el número 10 -el de Pelé y Maradona, por destacar los ejemplos más sobresalientes- se perderán el partido. Zidane se ha quedado en Turín, después de que en el choque de ida, desquiciado por el mal papel de su equipo, viese la tarjeta roja por soltar una patada a Emerson indigna de su categoría. Fran sí estará en Riazor, pero sentado en la grada y con muletas.El capitán blanquiazul se lesionó el pasado sábado en el Bernabéu cuando sólo habían transcurrido siete minutos de partido. Se le rompió el menisco y sufrió una leve distensión en el ligamento externo de la rodilla. Ayer fue operado en una clínica de A Coruña y le espera un mes y medio de convalecencia. Estará fuera de combate hasta Navidad.

Fue una operación relativamente sencilla, de poco más de media hora de duración, y realizada con anestesia local. Diez minutos después de concluida la intervención, el futbolista recibió a la prensa, con gesto relajado, en su habitación, donde le acompañaban, entre otros, su inseparable hermano, el también futbolista José Ramón. El capitán del Depor ya se podrá levantar hoy y anunció que acudirá al partido. "Mejor que pueda ir, porque se sufre más en casa que en el campo", explicó.

Fran es ya un veterano del quirófano, por donde tuvo que pasar hace tiempo para tratarse de sus dolencias de pubis. "Esta vez la operación era más sencilla y he estado muy tranquilo", aseguró. El jugador, siempre comedido, en los buenos y en los malos ratos, se ha tomado el contratiempo con resignación. Y eso que, en apenas cinco meses, la suerte de Fran se ha torcido de forma drástica e imprevisible.

En mayo, Fran celebraba el título de Liga con el Deportivo, que para él tenía un significado muy distinto que para cualquier otro futbolista de la plantilla, ya que pocos como el 10 blanquiazul habían sufrido tanto el trauma del campeonato perdido en 1995 con el penalti de Djukic. Además de la alegría del título, por delante tenía la Eurocopa, una oportunidad para reivindicarse en la selección, de la que Clemente le había privado en los mejores años de su carrera, y para lucirse en un escaparate internacional. Pero, si todo el equipo nacional salió tocado de ese torneo, a Fran lo borró del mapa. Incapaz de sacudirse su timidez congénita, que aflora sobre todo cuando lo sacan del ambiente más familiar, Fran hizo una Eurocopa nefasta. Llegó como titular y salió excluido, tal vez definitivamente, de las convocatorias de Camacho.

Pese a todo, pareció encajar el golpe con entereza. Había empezado la temporada sin grandes alardes, pero dejando algún detalle de su particular sello en casi todos los partidos. Hasta que el sábado se rompió el menisco. Aunque la lesión no es grave, a su edad (30 años) siempre cuesta más recuperarse. El Deportivo dispone de una plantilla con muchos recursos, pero Fran ya forma parte de su código genético y seguro que lo echará de menos.