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FÚTBOL Liga de Campeones

El Valencia exprime su paciencia

El equipo de Cúper, sin jugar bien, derrota al Lyón y se clasifica para la segunda fase

El Valencia ha llegado a la conclusión de que no necesita jugar bien para ganar. No necesita dominar a su rival. Ni ponerlo contra las cuerdas. Le basta con mantenerse sumamente ordenado, esperar pacientemente y arañar. Tal es la confianza en sí mismo. Tal es la superioridad de la que se cree dotado. Es la receta que le ha permitido ganar los cuatro partidos que ha disputado y, a falta de dos jornadas, asegurarse el primer puesto en su grupo.Y eso que sólo dispone de una idea. Una sola idea atacante a la que le saca un provecho extraordinario. Se trata de lo siguiente: balonazo largo y bombeado hacia la zona de acción del gigante noruego Carew, que de tantas veces como busca la pelota en el cielo, alguna vez la peinará lo suficiente para que le caiga a Sánchez en una buena disposición de gol. Suficiente. El delantero valenciano siempre suspiró por alguien así a su lado. Un bloque de casi dos metros que arrastra a un par de defensas y que permite el desmarque de Juanito Sánchez, que perdona poco. Es un goleador instintivo y éstos suelen vivir de las rachas. Esta es una de ellas. Seis goles en la Liga y uno en la Liga de Campeones. Aunque sea con un remate defectuoso como el de ayer, con un golpeo mordido de la pelota que sirvió para enviarla dentro. Le pegue como le pegue, para dentro. Pero Sánchez no fue sólo el gol, sino que cada movimiento, cada toque, cada desmarque que hizo estuvo cargado de sentido y de inteligencia.

LYÓN 1VALENCIA 2

Lyon: Coupet; Deslandre, Edmilson, Laville, Brechet; Malbranque (Linares, m. 63), Foe, Violeau (Laigle, m. 63), Delmotte (Vairelles, m. 45); Anderson y Marlet.Valencia: Cañizares; Angloma, Djukic, Pellegrino, Carboni; Mendieta (Angulo, m. 62), Baraja, Zahovic (Albelda, m. 65), Kily; Sánchez y Carew (Diego Alonso, m. 80). Goles: 0-1. M. 45. Sánchez bate a Coupet tras un pase de Carew. 0-2. M. 86. Baraja dribla a Coupet tras un gran desmarque y marca. 1-2. M. 90. Marlet, de cabeza. Árbitro: P. Anthony Durkin (Inglaterra). Amonestó a Mendieta, Baraja, Angulo, Albelda. Expulsó por doble amonestación a Foe. Unos 35.000 espectadores en el estadio Gerland.

Fue el sorprendente cierre a una pésima primera parte del Valencia, que jugó lento, sin ambición ni carácter, con Cúper demostrando su enfado con cientos de aspavientos desde la banda. Sobreviviendo a costa de su orden táctico y de la solvencia de sus defensas y su portero, que actuaron una vez más sin concesiones. Es un equipo tan fuerte mentalmente que está convencido de que aun jugando mal, se llevará el gato al agua. Eso dicen que hacen los equipos grandes, y si fuera cierto, ciertamente habría entrado el grupo de Cúper en esa categoría. Pero eso no esconde las deficiencias. Mendieta, por ejemplo, abusó del regate y la conducción, sin levantar la cabeza lo suficiente. El Kily González se dedicó a atropellar rivales por el flanco izquierdo. Ni uno ni otro abrieron el juego convenientemente por las bandas. Zahovic, por su parte, dejó un par de preciosos pases dignos de su talento, pero participó poco. Demasiada timidez para un futbolista de su talla. Sólo Baraja se rebeló contra el desgobierno con su gran trabajo.

Tenía razón el entrenador del conjunto francés, Jacques Santini: los suplentes del Valencia son mejores que los titulares del Lyón. Lo evidenciaron en el primer acto, así que cambiaron de estrategia en el segundo: aumentaron la agresividad de sus hombres y el camerunés Foé advirtió de las intenciones de los suyos con una agresión a Mendieta sin el balón de por medio. Tanto se llegó a calentar el capitán valencianista que Cúper lo sustituyó con Angulo. Para evitar males mayores. Fue un acierto porque, inmediatamente después, Foé se acabó pasando de la raya con una entrada brutal que dejó a sus compañeros con uno menos. Era el momento de disfrutar para el Valencia, que se complicó sin embargo excesivamente la vida. Sólo al final, cuando vio al Olympique sin aliento, quiso rematarlo el Valencia. Por primera vez dio más de dos pases seguidos y el Lyón hincó la rodilla. Baraja prosiguió entonces su espectacular crecimiento con un gol notable: llegó desde atrás para quebrar al portero y marcar.

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