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Desastre de Olano en Plouay

El guipuzcoano termina quinto en el Mundial contrarreloj ganado por el ucranio Gontchar

Carlos Arribas

Nadie entendía nada.Una hora antes. Manolo Saiz, al volante, detrás de Abraham Olano, deleitándose, o eso dijo, con su pedaleo redondo, con la fuerza que derrochaba en los repechos, con la alegría con la que movía el plato y lanzaba hacia delante la bicicleta. Paco Antequera, el seleccionador, en el asiento de copiloto, viéndole marchar tenaz y sólido, masivo. Olano, el ciclista, sintiendo brotar las pulsaciones, inundándosele el cerebro de buenas sensaciones, la sangre fluyendo caliente. Los tres, anticipando felices una medalla, posiblemente el oro, otro triunfo de Olano, otra victoria del ciclismo español. Olano, cuarto en los Juegos, con peores sensaciones, ante peores rivales... ¿quién le iba a parar en Francia, en el Mundial bautizado como el de las ausencias? Fíjense, si hasta su enemigo designado, Laurent Jalabert, el único hombre que le podía hacer temblar, no llegó a salir, con gastroenteritis, vómitos, diarrea.

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Un Mundial envenenado

Una hora después. "Nos han machacado", declara, apesadumbrado y sorprendido, Manolo Saiz, el técnico por antonomasia de las contrarreloj. "He seguido a los mejores contrarrelojistas, sé cómo van todos, Olano no tiene secretos para mí. Y le he visto rodar bien, muy bien. No sé qué ha podido pasar".

Paco Antequera, el seleccionador español con mejor olfato, bajó lívido del coche en la extraña tarde bretona -lluvia, luego granizo, viento racheado, finalmente sol- e hizo alarde de su condición de hombre sorprendido. "Si me pinchan ahora mismo, no me encuentran sangre", dijo, dramático, el técnico valenciano. "Todo es darle vueltas y no encontrarle explicación. Porque no es normal que en los primeros 12 kilómetros pierda ya medio minuto. Y más cuando le hemos visto mejor que en Sydney, pero bastante mejor. Te aseguro que en Sydney lo hizo bastante peor. Allí, se quedaba al final, en los repechos. Y aquí, hasta sprintaba. Ponía plato y podía con él. No entiendo nada".

Y Olano, el hombre derrotado, el ganador antes de empezar a correr. Su extrañeza: "Me he encontrado bien, bastante mejor que en Sydney, mejor ritmo, mejores sensaciones, pero en este deporte ya se sabe: puedes pensar una cosa y la realidad decirte otra". Su habitual cantilena: "Me ha costado coger el ritmo, el circuito no me iba muy bien, lo he dado todo, no hay rival pequeño, por lo menos lo he intentado". Su descarga emocional: "He dado la cara. Y claro, si me quedo en casa, seguro que no hay medalla".

Psicodrama del ciclismo español. Olano, de 30 años ya, gran favorito, termina quinto en una contrarreloj de 48 kilómetros. En el Mundial. El único participante español fracasa. Santos González y Ángel Casero, los arrogantes dicharacheros que se proclaman mejores que nadie, se han quedado en casa.

A Olano le ganaron cuatro. Fueron mejor que él, fueron más deprisa. Es la explicación. Un ucranio, viejo conocido, veterano de 30 años, caricaturizado las más de las veces por su tendencia al hiperdesarrollo -platos de 55 dientes, y piñones de 11, y cosas de ésas-, llamado Serguéi Gontchar, segundo en San Sebastián, cuando se atrancó en la cuesta de San Marcial con su plato entero; tercero en Valkenburgo, cuando Olano aseguró que había ganado cojo y todo, se proclamó por fin campeón mundial. Olano fue de menos a menos, Gontchar, de más a más. Rompió los mitos que le retrataban como hombre gaseosa. No se le fue la fuerza nada más empezar a pasar el tiempo. Gaseosa fue el segundo, otro especialista alemán, un viejo pistard de 31 años, ya campeón olímpico en Barcelona. contrarrelojista culón, llamado Michael Rich, otro habitual que hasta los últimos cinco kilómetros fue el mejor, hasta que se quedó sin nada en las piernas. Tercero fue un húngaro extraordinario, Laszlo Bodrogi, el único joven del elenco, 23 años y 1,86 metros, líder varios días del Tour del Porvenir. El futuro.

Olano, por otro lado, abandonó ayer, sin avisar a nadie, el hotel en el que se hospedaba y el domingo no correrá el Mundial de fondo en carretera.

CLASIFICACIÓN. 1. Serguéi Gontchar (Ucrania), 56m 21s (50,6 kilómetros por hora). 2. Michael Rich (Alemania), a 10s. 3. Laszlo Bodrogi (Hungría), a 26s. 4. Chris Boardman (Reino Unido), a a 1m 17s. 5. Abraham Olano (España), a 1m 29s.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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