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FÚTBOL Fase de clasificación para el Mundial 2002

Un delantero, ¡por favor!

La selección austriaca suspira por que aparezca alguien capaz de romper la sequía goleadora

José Sámano

La afición clama venganza

Hace años que el inolvidable Hansi Krankl, que dejó su impronta allá donde estuvo -incluido el Camp Nou- peina sus canas. Y ya han pasado varios meses desde que Tony Polster bajara el luminoso telón de su carrera internacional. El primero logró la friolera de 69 goles en 34 partidos internacionales con la selección entre 1973 y 1985. El segundo no le fue a la zaga, antes al contrario, y certificó 95 tantos de todos los colores en 44 citas entre 1982 y 2000. No es que á día de hoy el fútbol austriaco suspire por alguno de ellos, aunque no les olvida. Suspira, sin ir más lejos, por un delantero capaz de anotar un gol, aunque sea muy de vez en cuando. Otto Baric, el veterano técnico croata (68 años) que dirige a la selección, se tira de los pelos. "No tengo delanteros", dice. No es cierto. Tiene uno, Ivica Vastic, que, aunque no es nada del otro mundo, en ocasiones las enchufa. Pero Vastic tiene lastimada una rodilla y el seleccionador austriaco se ha visto obligado a repescar a Haas, del Estrasburgo. Haas no era convocado desde el mes de febrero y Baric tenía sus razones: el chico ha marcado sólo dos veces en 16 partidos internacionales. Eso sí, son éstas unas cifras "estimables" si se tienen en cuenta los registros de los otros tres delanteros citados para hoy por el entrenador croata, que tampoco van mucho más allá: Cerny (3 goles en 37 partidos), Mayrleb (5 en 16) y Brunmayr (0 en 3). Basta apuntar que entre Hierro (24) y Raúl (18) llevan sólamente un gol menos que todos los conseguidos en su carrera internacional por los 21 jugadores llamados por Baric.

La sequía goleadora no es más que una de las causas de la grave parálisis que padece el fútbol austriaco desde hace algún tiempo. Los delanteros no marcan, pero los defensas se derriten con facilidad, como se demostró el 27 de marzo de 1999, cuando España despachó a su rival austriaco en Mestalla con un brutal 9-0. Un resultado que ha quedado grapado en el corazón de la hinchada austriaca, que de nuevo clama venganza. Ya lo hizo el 4 de septiembre de 1999, pero el equipo de Camacho aguantó mil tarascadas de los austriacos y ganó 1-3. Ante la segunda oportunidad, la afición local llenará hoy el estadio Ernst Happel, algo poco habitual por las penurias del equipo. El propio Baric -que debe el cargo a la dimisión de Herbert Prohaska tras aquel 9-0- ha apelado estos días a la necesidad de cicatrizar la "herida española". Futbolísticamente, al margen de rastrear con lupa la existencia de un delantero mínimamente aparente entre los 2.309 clubes que hay en Austria, Baric ha manejado dos argumentos: "Mis jugadores tendrán que defender con todo y el árbitro debe estar muy atento a Munitis y Mendieta, que se dejan caer con mucha facilidad". No hay más, al menos hasta que algun club alumbre un nuevo delantero.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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