El Atlético sigue en ruinas
En el debut de Marcos, la angustia y el mal fútbol paralizan a los rojiblancos ante el Ferrol
Sólo un minuto se llevaba de partido y el debutante Marcos Alonso ya les pedía calma a sus jugadores a grito pelado. Y todo porque vio cómo un jugador del Ferrol a punto estuvo de quedarse solo ante Toni. Sólo 24 minutos se llevaban de partido y el debutante Marcos Alonso ya mandaba saltar del banquillo a Cubillo para que fuera calentando. Y todo, sencillamente, porque el Atlético estaba perpetrando un horror.Que el equipo de Segunda con más presupuesto, con más afición y con más de todo lo que no sea buen fútbol vive intranquilo, aplastado por la urgencia, era algo ya sabido. Por eso, quizá convenga plantearse si el Atlético atesora la calidad que se le supone. Lo mismo en ese terreno puede encontrarse alguna explicación. Un ejemplo: al mando del equipo se pusieron ayer Juan Gómez y Roberto. Y lo que salió de ahí fue un espectacular déficit de imaginación, no superior, sin embargo, al que ha mostrado el equipo en otros partidos y con otros jugadores. Buena culpa de que el Atlético no cayera estrepitosamente ante un rival, el Ferrol, que hace unos meses era grande en Segunda B -y al que ayer hicieron grande en Segunda- la tuvo Toni, que se empeñó en que el desastre no fuera a mayores. Sobre todo cuando sacó una mano prodigiosa y evitó que el disparo a bocajarro de Aira llegara a su destino.
ATLÉTICO 1 RACING DE FERROL 1
Atlético: Toni; Santi, Hernández, Amaya; Aguilera, Juan Gómez, Roberto (Cubillo, m. 60), Llorens; Paunovic (Kiko, m. 76); Juan Carlos y Correa (Lardín, m. 73).Racing de Ferrol: Aizkorreta; Javi, Aira, Íñigo, José Ángel; Jordi (Manu, m. 74), Uriz, Sanromán (Rivera, m. 63), Emery; Villa y Pazolo (Borja, m. 67). Goles: 0-1. M. 46. Falta al borde del área del Atlético que lanza Sanromán al hueco; Jordi supera con facilidad a LLorens y bate a Toni con la izquierda. 1-1. M. 47. Aguilera centra desde la derecha al segundo palo y Correa, desde el vértice del área pequeña, cabecea en plancha a la escuadra contraria. Árbitro: Pedro Tristante Oliva. Amonestó a Amaya, Llorens, Santi, Cubillo, Sanromán, Jordi, Borja, Villa, Manu y Luis César, entrenador del Racing de Ferrol. Unos 40.000 espectadores en el estadio Vicente Calderón.
Esa ocasión, como otras varias, contó con la permisividad de una defensa temblona, que se desmoronó sin descanso. Una defensa que fue capaz de protagonizar el episodio del gol gallego, cuando una falta a unos metros del área provocó tal caos que un sencillo pase al hueco dejó a Jordi frente a Toni, ante la mirada, sin duda expectante, de Llorens, privilegiado e inmóvil espectador de los acontecimientos.
Ocurrió, sin embargo, que en la siguiente acción Aguilera consiguió centrar, algo inhabitual ayer, y Correa cabeceó en el segundo palo. El balón, tras tocar en un defensa, se fue a la escuadra. Aquel gol salvó al Atlético. Y le dio cierto ánimo en aquello del arrojo, pues en cuanto a argumentos futbolísticos todo siguió igual, aunque con loable espíritu. Apareció Kiko, al que Marcos había dejado en el banquillo, para encabezar la heroica tarea que se avecinaba, tan heroica, eso sí, como cualquiera con la que se enfrente el equipo estando como está. Al Ferrol le pareció bueno aquel botín y se echó atrás. Había aguantado con la cabeza alta y al recular a punto estuvo de quedarse tieso. Un centro de Kiko lo cabecó Lardín ante un defensa al que sólo le faltó aplaudir. Se fue alto el balón y aquella acción cerró el habitual ejercicio de impotencia de un Atlético que vive en la ruina, cubierto por la angustia y, a día de hoy, enterrado en su incapacidad para unir a su fútbol el adjetivo decente.
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