El PSOE advierte al PP de que pone en riesgo el diálogo con sus ataques "rastreros" a Zapatero
El PSOE dio ayer su primer aviso al PP y al propio Gobierno. Si persisten en su línea "rastrera" de descalificaciones "personales" hacia su secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, se planteará otra forma de hacer oposición y dejará en suspenso las negociaciones en marcha sobre los denominados "temas de Estado". Ésta es la advertencia de la dirección de su grupo parlamentario, expresada ayer por su portavoz, Jesús Caldera, ante la persistencia de algunos líderes populares y ministros de difundir la imagen de que Zapatero es "flojo" y "poco solvente".
Al 'estilo Ramallo'
El secretario general del PP, Javier Arenas, fue quien inició las descalificaciones del nuevo líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, al preguntarse públicamente si tras su estilo tranquilo existe una auténtica solidez política.A continuación, su portavoz parlamentario, Luis de Grandes, pidió de forma directa a Zapatero que pasara de "las musas al teatro" al apreciar en su discurso ciertos síntomas de "flojera política".
Después han sido varios los dirigentes populares que han deslizado apreciaciones respecto al supuesto "temor" de Zapatero a afrontar dentro de tres semanas el debate de los Presupuestos Generales del Estado correspondientes a 2001.
Precisamente, el hecho de que el propio vicepresidente económico, Rodrigo Rato, expresara anteayer en Antena 3 sus dudas sobre quién será al final el portavoz socialista en la mencionada cita parlamentaria ha decidido a los socialistas, que se reunieron el jueves por la noche en las dependencias de su grupo parlamentario, a advertir a los populares de que habrá consecuencias políticas de envergadura si persiste en esa línea de "ataques personales" a Zapatero.
"Respetamos mucho a Rato y reconocemos su valía política e intelectual. Por lo tanto, le pedimos que abandone el estilo Ramallo", dijo ayer el portavoz socialista, Jesús Caldera, en alusión a Luis Ramallo, ex diputado del PP, que en sus intervenciones en el Congreso y fuera de él se caracterizó por su dureza en la manera de criticar a los sucesivos Gobiernos de Felipe González. "Esta dirección del PSOE y, desde luego, José Luis Rodríguez Zapatero han traído serenidad al debate político en España. Pero, si continúa con su estilo rastrero, el Gobierno puede poner en riesgo los compromisos y los trabajos para llegar a los pactos de Estado", advirtió Caldera.
Los socialistas no quieren romper el diálogo con el Ejecutivo en asuntos como el de la inmigración y el de la lucha contra el terrorismo, pero no dudarían en cortarlo en relación con otros temas, como el de la Justicia, el de RTVE o el de las reformas institucionales, entre otros, si se mantienen las descalificaciones "rastreras" de Zapatero.
Desde el pasado 11 de septiembre los dirigentes del PSOE saben que su secretario general será su portavoz en el debate de los presupuestos, tal y como se anunció en la reunión de la ejecutiva de ese día, aunque también es verdad que al principio pensaron que Rato sería quien los defendería por parte del Gobierno y no el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.
Algunos de ellos incluso aseguran que tan sólo hace dos semanas Rato y Zapatero tuvieron ocasión de bromear sobre esa circunstancia cuando coincidieron en la manifestación contra el terrorismo en San Sebastián. Zapatero, afirman, dijo a Rato que le prefería a Montoro. De ahí, la sorpresa ahora de los socialistas, que ayer, no obstante, devolvieron el golpe aludiendo a la situación del vicepresidente económico.
"Sólo podemos pensar que quizá [Rato] está incómodo por lo que dicen de su hipotética pérdida de peso en el Gobierno y que él mismo y los demás están empezando a ponerse nerviosos ante la buena acogida que está teniendo Rodríguez Zapatero en la opinión pública", concluyó Caldera.
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