Schumacher no quiere esperar
Si Hakkinen no lo evita, el alemán puede conseguir el título en la penúltima carrera, en Japón
No había mejor escenario para una representación de tal trascendencia. El Gran Premio de Japón (el domingo a las 7.30, hora peninsular española, C-33 y TVE-1) no es la última carrera del Mundial de fórmula 1, pero es la primera en que el título puede decidirse. Y Michael Schumacher no parece dispuesto a esperar a la última prueba, el GP de Malaisia el próximo día 22, para concretar sus opciones y dar el primer título a Ferrari en los últimos 20 años (Jody Scheckter, 1979). Mika Hakkinen (McLaren), a ocho puntos del alemán en la clasificación, es el único que puede impedírselo.Aunque sólo ha albergado 13 grandes premios, el circuito de Suzuka ha sido testigo de la adjudicación de ocho títulos mundiales. Y el trazado alimenta una leyenda negra de accidentes y de incidencias que han resultado trascendentales en la decisión de diversos campeonatos. En 1989, se vivió ahí la famosa colisión entre el brasileño Ayrton Senna y el francés Alain Prost, que supuso el abandono del francés. Aquella vez Senna ganó, pero acabó descalificado por saltarse una chicane y dejó el título en manos de Prost. Un año después, de nuevo tuvieron que retirarse los dos. Pero la corona quedó en manos del brasileño.
Michael Schumacher ha ganado dos veces en Japón (1995 y 1997) y en esta ocasión tiene más motivación que nunca para repetir su éxito. Una victoria le aseguraría matemáticamente su tercer título mundial y devolvería a Ferrari una gloria que le ha sido esquiva durante demasiados años. El alemán no quiere esperar más. "La distancia con respecto a mis rivales es importante tras los primeros entrenamientos", señaló el piloto alemán. "Pero es muy probable que mañana disminuya. Seguro que mis rivales mejorarán, pero yo también".
En las primeras sesiones de entrenamientos, en la madrugada del viernes (hora española), Schumacher marcó ya distancias respecto a todos los demás pilotos del Mundial. Rodó en 1 minuto y 37,728 segundos, y le sacó más de medio segundo a su único rival en la lucha por el título, Hakkinen (McLaren Mercedes). Los dos Ferrari y los dos McLaren se intercalaron en las cuatro primeras posiciones; pero quedó ya claro que la batalla se planteará, como a lo largo del campeonato, entre Schumacher y Hakkinen.
"No voy a ceder en nada", agregó un convencido Schumacher. "Si Hakkinen, por ejemplo, frena tres metros más tarde, yo alargaré la frenada hasta cinco metros más". Eso supone asumir muchísimos riesgos en un circuito tan virado como el de Suzuka, donde los pilotos pasan de velocidades ínfimas de 60 kilómetros por hora en algunas curvas a 310 kilómetros por hora al final de las rectas.
Hakkinen agotará todas sus opciones para lograr la victoria o al menos concluir la carrera por delante de Schumacher, la única forma de evitar que se decida el título mundial. "Este circuito es uno de los mejores", asegura el finlandés. "Tiene algunas características únicas y eso es lo que se necesita para ver una gran carrera". Hakkinen ganó este gran premio el año pasado y se aseguró su segundo título mundial. Ahora lucha por ganar el tercero consecutivo, algo que no ha sucedido desde que Manuel Fangio logró cuatro seguidos entre 1954 y 1957. "Tengo confianza en el equipo", prosiguió el finlandés. "El equilibrio de nuestro coche es bueno. Estamos en la buena dirección. Y estoy tranquilo".
Ferrari encabeza también la clasificación por marcas, con una ventaja de 10 puntos sobre McLaren. Pero su guerra va más allá. Esta vez no se conforman con un título de marcas. Es la quinta vez que, con Schumacher como primer piloto, aspiran al título en las últimas carreras, y no quieren ver de nuevo como se les escapa el Mundial de pilotos. Schumacher llegó a la marca italiana en 1996, justo después de haber ganado el título los dos años precedentes. Pero aquella temporada acabó tercero. En 1997, el alemán volvió a perder la corona en Jerez, la última carrera, cuando dirigió su coche contra el de Jacques Villeneuve, con tan mala fortuna que el canadiense acabó la carrera y él quedó apeado. Las dos últimas oportunidades se le escaparon en los dos últimos años. En 1998 se jugaba el título en Suzuka y logró la pole position. Pero el coche se le caló y, aunque remontó, acabó abandonando y cediendo la corona a Hakkinen. Y el año pasado sufrió un grave accidente en Silverstone y se perdió una gran parte del Mundial. Sólo regresó para intentar ayudar a su compañero de equipo Eddie Irvine en su lucha por el título.
La pasada madrugada, cerrada ya esta edición, se disputaron los últimos entrenamientos y quedó determinada la parrilla de salida. Todo está a punto para el gran duelo.
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