La inmediata marcha de dos directivos instala al Auditori de Barcelona en la interinidad

El Auditori de Barcelona cerrará el próximo 15 de octubre una etapa de su corta pero agitada historia con la definitiva marcha, ya anunciada, de su director artístico, Josep Lloret, y del gerente del centro y de la Orquestra Simfònica de Barcelona, Miquel Lumbierres, quien ha anunciado que ese mismo día abandonará su cargo. A partir de ese momento la interinidad se instalará en el Auditori ante la imposibilidad del futuro responsable del centro, Joan Oller, actual gerente de la Orquesta de Castilla y León, de tomar posesión de su nuevo cargo antes del próximo enero.

El hecho de que hayan trascendido a los medios de comunicación las negociaciones de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona -propietarios de Auditori y de la OBC- con Joan Oller para que ocupe el cargo de máximo responsable, tanto en el ámbito económico como en el artístico, de la sala de conciertos y la voluntad de dotar al centro de un nuevo organigrama ha precipitado la marcha voluntaria e inmediata del gerente del Auditori antes de que ambas administraciones hayan materializado la firma del contrato con el futuro director de sala de conciertos, con quien existe un acuerdo firme.Esta situación abre un periodo de interinidad en el Auditori, en el que el presidente y el vicepresidente del consorcio que agrupa la sala de conciertos y la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya -Joaquim de Nadal y el director general de Promoción Cultural, Vicenç Llorca- asumirán temporalmente y de forma conjunta las funciones legales de firma para evitar un vacío de poder.

Aunque Oller no tomará posesión como director del Auditori hasta que a finales del próximo mes de enero expire su contrato como gerente de la Orquesta de Castilla y León, las administraciones ya han pactado con él que durante este periodo de provisionalidad se mantenga en contacto con la sala de conciertos y supervise la situación hasta que asuma el cargo.

La Generalitat y el Ayuntamiento consideran que la situación de interinidad no afectará al aspecto artístico del funcionamiento del centro porque se produce al inicio de la temporada, con las programaciones musicales cerradas. La OBC tiene su propio director artístico en la figura del titular del conjunto, el estadounidense Lawrence Foster, y la marcha de Josep Lloret no afecta a la continuidad de la programación propia del Auditori ya que cuando se creó su cargo se previó la figura del director adjunto, que es Nona Arola, quien se mantiene en el puesto.

A la marcha del director artístico y del gerente se une también la del director de recursos del centro, que ayer hizo efectivo el abandono de su cargo. De esta manera, Oller tendrá las manos libres para crear su propio equipo de trabajo. Las administraciones ya le han hecho saber que dispone de "carta blanca" para hacerlo.

Todos estos cambios cierran una etapa de la corta historia del Auditori de Barcelona, inaugurado en marzo de 1999, con la que la Generalitat y el Ayuntamiento quieren enmendar los errores de haber trasplantado a la nueva sala de conciertos un calco de la estructura organizativa de la OBC. El nombramiento precipitado de un director artístico en la primavera de 1999, pocos meses después de la inauguración, no solucionó el problema porque no existía en el Auditori una estructura clara y efectiva que hiciera posible establecer un criterio conjunto de las programaciones artísticas de la OBC y del propio centro.