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TRIBUNALES

Pascual acude por segunda vez al Juzgado por insultos a dos guardias civiles

El alcalde de Pego, el independiente Carlos Pascual, acudió ayer, por segunda vez en menos de 20 días, a declarar ante el Juzgado de Denia por presuntos insultos a dos agentes de la Guardia Civil, los mismos que el pasado mes de junio le habían denunciado por una falta al orden público y agresiones verbales durante la inauguración de una exposición de pintura en la casa municipal de cultura. La vista oral por esta primera denuncia se celebró el pasado 19 de octubre en el juzgado número tres de Denia. La acusación pidió 500.000 pesetas de multa contra el alcalde, y el inicio de diligencias por un presunto delito de "retención ilegal" o "coacción", ya que Pascual había ordenado a la policía local que retuviera a los dos agentes en la sala de cultura hasta que se identificaran.Tras su comparecencia, Pascual salió de la sala increpando a los guardias civiles y les espetó que "eran una vergüenza" para el país. Los insultos se repitieron, según testigos, en la salida del edificio de los juzgados, y horas después en la radio municipal de Pego, en la que intervino en directo y acusó a la Guardia Civil de ser "un cuerpo represivo" que "acosa al pueblo de Pego" y que "le sobra a este país".

La declaración de ayer de Pascual fue suspendida ya que su abogado pidió la comparecencia de los agentes. El titular del juzgado, Francisco Canet, ha requerido la presencia de los agentes y del alcalde el 16 de octubre.

No es la única causa de la que tendrá que responder Pascual. El entrenador del equipo alicantino San Blas, Vicente Nieves Iglesias, de primera categoría cadete, interpuso el pasado sábado una denuncia en la Guardia Civil contra el alcalde por "abuso de autoridad, amenazas y retención ilegal" de sus jugadores tras un partido contra el Pego, disputado en el campo de fútbol pegolino. Pascual, presidente del equipo local, saltó al terreno de juego cuando el portero del San Blas lanzó la pelota fuera del campo después de perder ante el Pego por 3 a 1. Pascual recriminó al jugador, de 13 años de edad, su acción. Posteriormente, ordenó a la policía local que impidiera al equipo alicantino que abandonara el campo.

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