Urzaiz desenreda un ejercicio de impotencia
Media hora de bostezos más tarde Urzaiz imaginó un regate, el primero del encuentro. Erró, pero su gesto tuvo algo de heroico en una cita que amenazaba ruina. Después, marcó dos goles, sin duda, el premio a su gesto transgresor. Athletic y Mallorca jugaron un encuentro sin columna vertebral: como no hubo noticias del centro del campo de unos y otros, la cita permitió que las oportunidades, los contragolpes y los centros desesperados se columpiaran equitativamente en una y otra portería.El Athletic salió al galope para agotarse a los dos minutos y entender que el Mallorca no es colista por dejadez. El conjunto balear, respondón y atrevido calcó las intenciones de los rojiblancos y asumió, de paso, las carencias del sistema de Rojo. El Athletic no encuentra la manera de reconocerse con el balón en los pies y el Mallorca, que no quiso ser menos, demostró la misma rémora. A la media hora de juego, habían empatado a todo y regalado al público dosis idénticas de impotencia y tedio. Hasta que Engonga enganchó una volea tremenda: el tanto no alteró el encuentro; hizo que se acelerara. Todo empezó a sucederse a cámara rápida, todo pulmón y pases verticales casi siempre rematados con demostraciones de incapacidad ofensiva. El Athletic echaba tanto de menos a Etxeberria que decidió amputarse las bandas. Antes, Urzaiz había relacionado su cabeza con la zurda de Yeste, que botó una falta como si apuntura con mira. Nadie discutió el gol. El empate terminaba de reflejar la igualdad del choque.
ATHLETIC 2MALLORCA 1
Athletic: Lafuente; Larraínzar, Ríos, Vales, Del Horno (Lasa, m. 70); Orbaiz, Urrutia, Guerrero, Yeste (Guréndez, m. 75); Ezquerro (Javi González, m. 62), Urzaiz.Mallorca: Roa; Olaizola, Nadal, Siviero, Miquel Soler; Engonga (Güiza, min. 81), Marcos; Finidi, Ibagaza (Josemi, min. 70), Novo; y Carlos (Armando, min. 49). Goles: 1-0. M. 36. Engonga engancha una volea desde fuera del área. 1-1. M. 40. Urzaiz cabecea una falta lanzada por Yeste. 2-1. M. 61. Urzaiz aprovecha un pase de Guerrero y bate a Roa en su salida. Árbitro: Muñiz Fernández. Amonestó a Siviero, Vales, Finidi, Carlos y Larraínzar. Unos 30.000 espectadores en San Mamés.
El signo definitivo del encuentro quedó a expensas de un momento de lucidez, de una conexión improbable o de una reivindicación individualista. Así lo entendió Urzaiz, que en tres apariciones tuvo margen suficiente para deshacer el equilibrio de la mediocridad.
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