Tulu vence en los 10.000 al puro estilo de Gebrselassie
Derartu Tulu es un símbolo del atletismo africano. Su victoria en los 10.000 de los Juegos de Barcelona la convirtieron en la primera atleta africana negra que ganaba una medalla olímpica. Fue el gran éxito de la pastora de la etnia Oromo, en las tierras altas de Arsi. Tulu siguió corriendo, y en la final de Atlanta volvió a competir, ya acompañada por una compatriota y compañera de entrenamientos, Gete Wami. No consiguió ninguna el oro. Chocaron con la portuguesa Fernanda Ribeiro. Y ayer, cuatro años después, otra vez estaban las tres, Tulu, Ribeiro y Wami. Fueron las protagonistas de una de las carreras más extraordinarias de los Juegos. Fue gracias a la determinación y la valentía de la británica Paula Radcliffe que la carrera se corriera a un ritmo infernal: los primeros 5.000 metros a 3 minutos el kilómetro, a 72 segundos el 400, ritmo de maratón masculino. Y fue gracias a la calidad y al cambio de ritmo de las dos etíopes que cuando sonó la campana el mundo asistiera estremecido a una demostración única de velocidad. Fue sonar la campana y las dos abrirse por piernas a unos ritmos masculinos, fue un verdadero sprint sostenido: 60 segundos el último 400 (sólo cuatro segundos más que su compatriota Gebrselassie en su duelo con Tergat), 2.48m el último kilómetro. Al final, Tulu ya se fue sola, le sacó 30 metros a su compatriota y batió el récord olímpico: 30.17,49 minutos.En 1.500, la caída de la británica Harley Tullet a falta de 700 metros fue decisiva en la derrota de la gran favorita, la rumana Gabriela Szabo, bronce por detrás de Violeta Szekely. La argelina Nuria Benida-Merha fue oro.
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