Un monólogo utiliza a Shylock para abordar el antisemitismo
Investigación
Los personajes de Shakespeare son, por lo general, personajes ricos en matices y de psicología compleja capaces de tentar a otros autores a desarrollarlos en obras independientes y convertirlos en protagonistas. Pero probablemente nunca un personaje de tan poco relieve como Túbal, con apenas media docena de frases en El mercader de Venecia, haya visto alargada su vida de tal modo, ni que sea como subterfugio para explicar a otro personaje, éste sí protagonista, como Shylock, el judío. Gareth Amstrong, estrenó este monólogo en el Festival de Edimburgo en 1998. Aquí lo ha llevado a escena el actor Manel Barceló bajo la dirección de Luca Valentino en el Teatre Malic."Lo que ha hecho Gareth Amstrong", explica Manel Barceló, "ha sido sumergirse en las raíces históricas del personaje de Shylock. Túbal, en la pieza de Shakespeare, resuelve simplemente una escena cómica, pero Amstrong lo convierte en observador de la tragedia de Shylock, como si Túbal hubiera estado presente en muchas más escenas de El mercader de Venecia. A partir de ahí explica los antecedentes, que arrancan con la acusación de deicidio de que hacen responsables los cristianos a los judíos. Pero hay matices importantes. Si Christopher Marlowe presentaba en El judío de Malta un malo de una sola pieza, el Shylock de Shakespeare presenta una vertiente humana que ha permitido que otros autores y directores lo reivindicaran como víctima de la marginación racial".
El trabajo realizado por Barceló con Luca Valentino no se limita a la puesta en escena del texto de Amstrong. "El trabajo ha consistido, básicamente, en acercar el personaje a nuestra realidad. El bagaje que los ingleses tienen sobre Shakespeare y su época no tiene aquí equivalente. La complicidad que se creaba de esta forma con el texto de Amstrong, nosotros no la teníamos garantizada. Túbal era un personaje profundamente inglés y aquí no nos servía. Hemos profundizado en la investigación, con asesoramiento de Sílvia Plans, director del museo de los judíos de Girona. Y hemos hecho una dramaturgia para eliminar referencias que no se entendían, pero añadiendo otras próximas a nuestra realidad cultural. Con Gareth Amstrong estuvimos hablando, tenía mucha curiosidad y ha venido a ver el montaje".Luca Valentino, que en Italia ha trabajado fundamentalmente en ópera, fue quien propuso a Barceló, por intermediación del Teatre Malic, este texto, del que posteriormente el director presentará una versión en italiano con otro actor. "El monólogo", comenta Barceló, "es un género que me gusta mucho. Le tengo cariño incluso por mi propia trayectoria. Empecé haciendo teatro infantil, luego pase por Els Joglars y, cuando dejé a Boadella, nadie me conocía. Hice entonces en solitario un espectáculo de cabaret, donde me vio José Antonio Ortega y me propuso hacer el monólogo de La tigressa i altres històries. A partir de ahí vino todo rodado".
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