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ELECCIONES EN YUGOSLAVIA

Yugoslavia vota bajo la sombra del fraude

La oposición debe arrasar en las urnas para dificultar a Milosevic la manipulación de los resultados

ENVIADO ESPECIAL. La elección presidencial de hoy en Yugoslavia, a la que están convocados casi 7,9 millones de electores, se decide no sólo en las urnas, sino también en las calles. La Oposición Democrática de Serbia (DOS), con su candidato Vojislav Kostunica, un jurista de 56 años, necesita conseguir una clara mayoría de votos. Por añadidura, sólo una fuerte movilización popular en las calles de Serbia, y en especial en la capital, Belgrado, podrá impedir que el régimen del presidente Slobodan Milosevic, de 59 años, lleve adelante un fraude a gran escala y se proclame vencedor en la primera vuelta con más del 50% de los votos emitidos.

Todo indica que el régimen de Belgrado tiene a punto todas las armas para un fraude electoral de grandes proporciones. Analistas de Belgrado consideran que Milosevic intentará proclamarse vencedor en la primera vuelta de hoy y evitar el bochorno y los riesgos de competir el próximo 8 de octubre en una segunda vuelta contra el otro candidato más votado, que sería Kostunica, según los sondeos. También coinciden los análisis en que Milosevic decidirá su estrategia en función de la movilización que se advierta en la calle.

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La oposición al régimen autocrático de Milosevic necesita llevar adelante dos tareas que parecen hercúleas. Primero, conseguir un resultado tan arrollador, que el fraude resulte casi imposible. Robar medio millón de votos, algo más de un 6% del censo electoral, parece un juego de niños para los avezados funcionarios del corrupto régimen de Milosevic. Si necesitasen robar un millón, las cosas se les podrían complicar. Además, la oposición democrática tendrá que estar dispuesta a tomar las calles, tal como ocurrió en el invierno de 1996. En aquella ocasión, tres meses de manifestaciones obligaron a Milosevic a reconocer su derrota en las elecciones municipales.

Sin observadores

No parecen haber dejado cabo sin atar Milosevic y los suyos. Negaron la entrada a observadores de los llamados países agresores en la guerra de la OTAN contra Yugoslavia. Esto provoca una situación que, de no estar en juego cosas tan serias, podría considerarse hasta de risa. La prensa de Belgrado registra la llegada de observadores internacionales tan dignos de crédito como una delegación de Irak. Poner a los enviados de Sadam Husein a controlar la limpieza de las elecciones de Yugoslavia es como encargar al conde Drácula del cuidado del banco de sangre del hospital central de Belgrado.Las autoridades yugoslavas negaron la entrada a casi todos los periodistas extranjeros que solicitaron visado y les obligaron a buscar refugio informativo en Montenegro. Los escasos periodistas que entraron en Belgrado quedaron sometidos a toda clase de impedimentos y casi todos han sido expulsados.

No existe la tinta indeleble para impedir votar dos veces. Esto tiene mucha importancia, porque se estima que muchas personas podrían disponer de hasta cinco documentos de identidad para votar otras tantas veces. Se calcula que hasta 500.000 muertos votaron en anteriores elecciones. La Comisión Federal Electoral está controlada por los partidos que apoyan al régimen. El Gobierno de Montenegro, opuesto a Milosevic, no reconoce la validez de las elecciones. No las impide, pero tampoco las controla. Por eso las 671 urnas de Montenegro se instalarán en casas particulares o lugares controlados por los seguidores de Milosevic del Partido Socialista Popular (SNP).

Patriotas y traidores

Milosevic se presenta a la elección apoyado por la llamada coalición de izquierda, formada por su Partido Socialista de Serbia (SPS), la Izquierda Unida Yugoslava (JUL) de su esposa Mira Markovic y el montenegrino SNP. Milosevic ha basado su campaña en plantear la alternativa entre patriotas y traidores, sacar a relucir los 78 días de bombardeos de la OTAN, los ocho años de sanciones internacionales y en resaltar la reconstrucción del país tras la guerra.El candidato del Movimiento Serbio de Renovación (SPO), el alcalde de Belgrado Vojislav Mihailovic, no tiene la menor oportunidad y sólo ha servido para restar votos a Kostunica. Éste es el único candidato con posibilidades de derrotar a Milosevic. Algunos sondeos le dan hasta un 20% de ventaja, que otros reducen a un 7%. Kostunica, un político oscuro, honesto y nacionalista, se ha erigido en catalizador de las esperanzas del cambio democrático en Serbia. Su Oposición Democrática de Serbia (DOS) agrupa a 18 partidos más un sindicato independiente. Kostunica tendrá grandes dificultades en llevar adelante una transición democrática. Sobre todo si se tiene en cuenta que no tendrá mayoría en ninguna de las dos cámaras del Parlamento federal, que se eligen también hoy. El boicoteo de Montenegro a las elecciones regala a Milosevic 20 diputados, la mitad en la llamada Cámara de las Repúblicas. Además de otros 30 diputados de los 138 que forman la Cámara de los Ciudadanos.

Además, aunque pierda la elección presidencial y reconozca su derrota, a Milosevic le quedan aún varias balas en la recámara. Su acólito, el primer ministro de Yugoslavia, el montenegrino Momir Bulatovic, ya declaró que Milosevic podría seguir en la presidencia hasta mayo de 2001, cuando concluyen sus cuatro años de mandaro. Además, podría Milosevic perder la presidencia de Yugoslavia, pero desde el Gobierno de Serbia, que controlan los suyos, socavar y conspirar contra su sucesor.

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