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Tribuna:IX CONGRESO DEL PSPV-PSOE
Tribuna
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Choque de trenes ¿inevitable?

Si nadie lo impide, el congreso del PSPV volverá a ser un choque de trenes que ya se han puesto en marcha. Si nadie lo impide, por tercera vez en los últimos años los mismos protagonistas, o sus hijos políticos, volverán a medir fuerzas y capacidad de maniobra, para constatar de nuevo que ninguna familia tiene mayoría suficiente para imponerse a las demás.Pensábamos que tras exponerse al bochorno público, con un secretario general forzado a dimitir, un congreso extraordinario anulado y tres gestoras, los militantes socialistas valencianos se rebelarían contra sus jefes de fila negándose a mantener las adscripciones tribales y el enfrentamiento derivados de ellas, buscando lo que les une como socialistas y preocupándose más por ofrecer a los ciudadanos alternativas políticas a las que en este momento se ofrecen.

Creíamos que, como los vampiros se volatilizan con la luz solar, una vez puesto de manifiesto ante la opinión pública el carácter fratricida del enfrentamiento, la adscripción tribal saltaría por los aires aunque sólo fuera por vergüenza ante los electores menguantes que siguen confiando en el PSPV y la necesidad egoísta de que una nueva generación pueda llegar al poder tras ganar unas elecciones, cosa francamente difícil de continuar así.

Pero lo que está ocurriendo acaba con la esperanza que manteníamos en el valor supremo de la razón. Las familias se reúnen por separado y diseñan sus estrategias. No se quieren enterar de que la solución no consiste en un simple recambio generacional en las jefaturas de las familias, sino en acabar con esa cultura política que sólo lleva al suicidio político del colectivo.

Si lo que se hace es abrir trincheras y subtrincheras, lo que se está preparando es una nueva guerra por mucho que el discurso de paz forme parte de la declaraciones obligadas de todos. Tras el último congreso federal del PSOE la mayoría de los militantes socialistas y progresistas sentimos una inmensa alegría, experimentamos de nuevo la ilusión de que las cosas podían ser distintas y pensábamos esperanzados, que dicho espíritu se trasladaría al PSPV. De momento, sólo la existencia de varios candidatos asemeja lo de aquí con lo de allí. Nada más.

Más que una salida, necesitamos una solución. No se trata de cerrar el pasado de otra manera, sino de abrir el futuro, y eso sólo puede venir de la mano de un secretario general que represente una apuesta por el futuro y que integre a todos desde una legitimidad propia. Necesitamos y esperamos un congreso cuyo resultado genere parecida esperanza e ilusión que el congreso federal y aunque las cosas nunca se repiten igual, algunas de las claves de aquel congreso pueden funcionar aquí también: el voto libre y secreto de los delegados desoyendo consignas, equipos nuevos e integración desde la legitimidad democrática y desde el pacto entre grupos.

Isabel Santos es abogada

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