Pizarro desmonta a España

David Pizarro, un tipo bajito, de 1,66 metros, con el tronco largo y las piernas cortas, se metió entre líneas y desmontó dos años de consistencia de la selección española, el tiempo que llevaba invicta la España de Iñaki Sáez. No hubo modo de parar los regates secos ni los pases cortos de Pizarro, un verdadero diablillo de 21 años que la temporada pasada se la pasó en el banquillo del Udinese. En la selección chilena nadie duda de su talento: es titular indiscutible, tanto de la olímpica como de la absoluta. Él solito, desde la media punta, manejó el encuentro a su antojo y dejó a España con la obligación de ganarle el miércoles a Marruecos si quiere pasar a los cuartos de final. El combinado de Iñaki Sáez acusó la baja a última hora de José Mari (con unas molestias en la parte posterior del muslo), sucumbió a la mayor experiencia de los chilenos (que contaban con tres jugadores por encima de 23 años), y se mostró muy nerviosa en defensa, donde Zamorano impuso sus años (33) y su sapiencia.Salvo el primer cuarto de hora, España corrió detrás de la pelota, que la tenía Chile (es decir Pizarro), y ello desquició a los españoles, acostumbrados a llevar la iniciativa. El grupo de Sáez, no obstante, es gente con carácter y suele no darse fácilmente por vencido. Así Albelda, nada más pisar el vestuario, lanzó este desafío: "Ya nos volveremos a encontrar con ellos". Aun están a tiempo. Al acabar el encuentro, la grada teñida de rojo por los miles de chilenos congregados en el Melbourne Ground Criquet (la mayoría exiliados de Pinochet que residen en Australia) despidió a sus jugadores con todo el entusiasmo del mundo: era un día especialmente emotivo para ellos.

España comenzó dominando, enseñando su estilo, con Xavi en plan jefazo. Sin embargo, a poco que Chile asomó la cabecita se vio que Aranzubía estaba como un flan. Y estas cosas son contagiosas. De modo que en el instante en que el arquero envió fuera el balón con el pie porque creía que era una cesión del defensa cuando no lo era, envió el mensaje de pánico a sus compañeros. En el arco contrario, el veterano Tapia respondía con una excelente parada a un cabezazo de Capdevila en el último minuto del primer tiempo. La zaga española perdió cada pequeña revuelta que planteó Zamorano, el centro del campo siempre estuvo en inferioridad numérica y la delantera apenas si existió.

El amo del juego era el diminuto Pizarro, que rompió a España con un tratado de quiebros. Ya en el primer gol, el jugador del Udinese echó por dos veces al suelo a Amaya antes de que su templado centro lo cabeceara a gol Olarra. Tras la reanudación, el afortunado gol de Lacruz metió de nuevo al combinado español en el encuentro. Pero sólo por un ratito, mientras tuvieron aire Xavi, Gabri y Tamudo, los únicos con posibilidades de desequilibrar. Pizarro entró de nuevo en acción. Pases interiores, exteriores, regates y fintas. Y España sufrió el contragolpe chileno. Llegaron los problemas físicos. Capdevila se arrastraba por la banda izquierda con un dolor en las costillas. Parecía exhausto. Luque, que acababa de salir, también. No había coordinación ni fluidez. Sólo balonazos. Ni rastro del equipo que bailó el jueves a Corea. España llegó deshilachada al final del encuentro y lo aprovechó Pizarro para lanzar otra vez a Zamorano, que cambió el juego y Navia reventó la pelota para darle una alegría grande al pueblo chileno. Había motivo para la celebración: era la primera vez que Chile le ganaba en partido oficial a España.

Grupo B

J. G. E. P. F. C. P.

1. Chile ... 2 2 0 0 7 2 6

2. España ... 2 1 0 1 4 3 3 3. Corea del Sur ... 2 1 0 1 1 3 3

4. Marruecos ... 2 0 0 2 1 5 0

Próxima jornada (20-IX):

España-Marruecos y Chile-Corea del Sur.

Se clasifican para cuartos los dos primeros de cada grupo.