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Sydney 2000

Malos augurios para todos los atletas con alergias

El otro adversario

Temperaturas bajas, vientos imprevisibles y cambiantes y alergias con las que pocos cuentan serán elementos contra los que habrán de luchar los atletas. "En Sydney cabe esperar una temperatura promedio de 18 grados, que está muy bien para los maratonianos o los corredores de 10.000, pero que es demasiado baja para otro tipo de atletas", dice Rick MacDonald, Director de Innovación de Nike. "Y en el estadio sopla un viento fuerte que entra por el sureste y luego gira de modo imprevisible. Puede haber variaciones en la dirección incluso en una carrera de 100 metros".MacDonald es uno de los responsables del Proyecto Swift, el traje aerodinámico que cubre a los velocistas de los pies a la cabeza. Marion Jones, aparente valedora del traje, lo probó en competición en junio en Oregón, pero no hay indicios de que lo vaya a usar. El traje fue concebido, precisamente, con los elementos de Sydney en la cabeza: protege y mantiene calientes pecho y muslos.

Por el frío no fuera suficiente adversario, los atletas tendrán que luchar también contra las alergias. Los Juegos coinciden con el principio de la primavera austral y datos tomados en septiembre de los últimos tres años en las inmediaciones de las instalaciones olímpicas dan lecturas de alergénicos tan altas como las peores que se registran en el hemisferio norte. Los Juegos sólo se han disputado en una ocasión por debajo del ecuador: en 1956 en Melbourne, pero fue en noviembre, ya pasado lo peor de la temporada de las alergias. Peter Fricker, subdirector médico del equipo olímpico australiano, alerta sobre lo que deben esperar ahora los deportistas: "Si un atleta padece de alergia durante la primavera en Estados Unidos o en Europa, padecerá alergia en Sydney".Estudios realizados sobre 1.000 atletas australianos revelaron que el 27% padecía rinitis (inflamación de las mucosas nasales) alérgica debido al polen y que dos terceras partes de ellos no lo sabían. Del tercio que se medicaba, sólo la mitad lo hacía de forma efectiva y con compuestos aprobados por el COI, lo que abre una vía de complicaciones adicionales para los deportistas, amenazados con problemas respiratorios y mal sueño, que en estos Juegos van a ser sometidos a un intenso escrutinio de sustancias prohibidas.

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