"En una juerga es donde aprendes flamenco"

David Lagos (Jerez de la Frontera, 1973) es uno de los jóvenes cantaores más solicitados por las compañías de baile flamenco en la actualidad. Procedente del flamenco barrio de la Plazuela, donde su familia ha residido toda la vida, lleva el compás marcado a sangre y fuego en sus venas. Lo que desde muy niño había sido una realidad con la que convivía a diario (en el barrio, en fiestas, en las bodegas de Jerez para ganarse un dinerillo...) pasa a convertirse con el paso de los años en el trabajo de su vida. Tras pasar por varias academias de baile, se marcha al extranjero donde adquiere las tablas suficientes para que algunos de los más importantes bailaores y bailaoras pretendan incorporarlo a sus compañías. De hecho va a participar en cuatro de los más ambiciosos espectáculos de baile de la XI Bienal de Flamenco. Pregunta. De todos los palos que tiene el flamenco, ¿en cuáles se siente usted más cómodo?

Respuesta. Siendo de Jerez, me siento cómodo cantando los palos que se suelen hacer allí, como son la seguiriya, la soleá y bulerías... Los llamados palos más valientes, esos son los que a mí más me gusta hacer.

P. ¿Qué diferencias encuentras entre el soniquete de Santiago y el de San Miguel?

R. Quizás por la trayectoria que cada uno de ellos ha tenido, Santiago sea más festero que la Plazuela, lo cual no quiere decir ni muchísimo menos que en Santiago no se canten palos jondos.

P. ¿Cuál ha sido el cantaor más completo de la historia del flamenco?

R. ¡Ufff....! Depende. Si nos atenemos a la discografía hay que acordarse de Antonio Mairena, que ha sido una auténtica enciclopedia a la que hoy se puede recurrir para consultar cualquier cante, aunque también es cierto que esa discografía adolece de pellizco. Ahora, como gustarme para escucharlo y disfrutar, me quedo con otro tipo de cantaores como Tío Borrico o El Agujetas.

P. ¿Piensa que los cantaores para el baile se quedan demasiado encasillados?

R. Yo pienso que el que canta, canta pa baila, pa'lante y pa lo que sea. Lo que ocurre es que la gente, por determinadas circunstancias, se habitúan a trabajar en una de las variantes y bueno, eso hace que se desenvuelvan mejor en un medio que en otro.

P. ¿Qué supuso Cristina Hoyos en su carrera?

R. Sobre todo un antes y un después, eso es fijo.

P. Como esposo de la cantaora Melchora Ortega, ¿qué papel ocupa el flamenco en su vida privada?

R. A nosotros, como aficionados, antes que nada, lo que más nos gusta es una buena juerga, eso está claro, porque ahí es a donde te lo pasas bien de verdad y aprendes, te picas, coges cosas... y eso trae una disputa muy bonita que nos ayuda mucho a los dos. De todas maneras, tengo que reconocer que mi mujer es una cantaora como la copa de un pino y nadie le ha regalao ná.